Finanzas en el matrimonio (Parte 2)

¿Cuáles son los gastos indispensables a tener en cuenta en el presupuesto conyugal?

Nosotros recomendamos dividir el dinero que recibimos cada mes en unas 11 o 12 categorías, partidas o rubros.  Todas ellas son importantes: Alimentación, Vivienda, Transporte, Seguros, Pagos de Deudas, Entretenimiento, Ropa, Gastos Médicos, Escuela (o Cuidado de Niños), Inversiones y Gastos Varios.

De todas maneras, cada familia o individuo debería elegir las categorías que les sean útiles y descartar las que no necesita. La vida económica de cada uno es diferente. Por eso, a veces, sumaremos categorías a las sugeridas y a veces eliminaremos las que no necesitamos.

Lo que yo les sugiero es que colecten información de todos los gastos de un mes y, luego, separen esos gastos en los rubros que tengan sentido para ellos. Todos mis libros tienen un capítulo sobre cómo armar exitosamente un presupuesto personal o familiar.

Finalmente, les animo a que claramente hagan una diferencia entre necesidades, los deseos de calidad y los gustos. Las necesidades son las cosas que necesitamos para sobrevivir: alimentación, vestimenta, vivienda, etc. Los deseos de calidad son “necesidades glorificadas”: en vez de arroz y huevos, un bistec; en vez de un pantalón común, uno de Prada; en vez de un departamentito, una casa en un barrio cerrado. Los gustos son todas aquellas cosas que no están relacionados con las necesidades: un broche de oro, un escudo de armas, sillas para el patio, una televisión digital…

La pareja debe aprender a hablar apropiadamente y debe decir “necesito” cuando se trate de una verdadera necesidad. Para todo lo demás, debería decir simplemente “me gustaría”. Eso es porque las necesidades, siempre deben ser satisfechas. No está mal cumplir con nuestros deseos o darnos un gusto. Sólo que lo deberíamos hacer una vez que las necesidades están cubiertas y tengamos el dinero para hacerlo.

 

¿Cómo debería funcionar el ahorro en el matrimonio?

Siempre les sugiero a las parejas que cumplan con una fórmula matemática que me ha servido a mí a lo largo de los años: 80-10-10. Eso significa: 10% para Dios, 10% para ahorrar y deberíamos poder vivir con el 80% restante.

Si no podemos ahorrar el 10% de nuestras entradas, ahorremos lo que podamos. Lo importante es empezar. El ahorro es una costumbre adquirida. Lo esencial no es la cantidad con la que comenzamos nuestros ahorros, el asunto es crear la costumbre. Uno puede tomar un jarro de dulce vacío y colocar allí el equivalente a $5 dólares  cada mes. Con el tiempo, esa cantidad se incrementará sola -porque habremos adquirido la costumbre de ahorrar.

Otro consejo:  la pareja puede usar el ahorro para crear un Fondo de Emergencias. Yo siempre les sugiero el dividir el total del dinero que llevan a casa por 4 (el 25% de los ingresos familiares mensuales). Esa cantidad es su primera meta. Separen entre el 5 al 10% de sus ingresos totales cada mes para llegar a ese número. 

Una vez que han acumulado esa cantidad de dinero en la casa, ahora vayan al banco y abran una Cuenta de Ahorro. Esa cuenta será su Fondo de Emergencia. Continúen poniendo dinero en la Cuenta de Ahorro hasta que alcancen a acumular 2 o 3 veces la cantidad de ingresos familiares mensuales. Ahora que tienen el Fondo de Emergencias establecidos, pueden dejar de ahorrar y comenzar a invertir.

Cuando una emergencia ocurre, en vez de usar la tarjeta de crédito pueden tomar el dinero del Fondo de Emergencia, y luego dejar de invertir y volver a ahorrar hasta completar el Fondo nuevamente. Cuando el Fondo está al 100%, pueden dejar de ahorrar y volver a invertir.

Finalmente, el ahorrar no es una cuestión solamente del “hacer” -también es una cuestión del “ser”. Si queremos ser exitosos en nuestras finanzas y siempre tener ahorros suficientes, no sólo tenemos que ahorrar, sino -sobre todo- debemos ser ahorradores. Ser ahorradores es una actitud en la vida -es un estilo de vida y una forma de ser. Es ser moderados en los gastos y sobrios en nuestra manera de vivir. No porque amemos al dinero, sino porque “no amamos al mundo ni las cosas que hay en el mundo” (1 Juan 2:15) y también “nuestras costumbres son sin avaricia, contentos con lo que tenemos ahora” (Hebreos 13:5). 

La moderación y la mesura son elementos esenciales para cumplir con Proverbios 21:20, donde dice: “tesoro precioso y aceite hay en casa del sabio, mas el insensato todo lo disipa”.  Stanley y Danko, en el best-seller “El millonario de al lado”, explican claramente algo que la mayoría de las personas no comprenden: la riqueza no tiene mucho que ver con la cantidad de ceros que tiene tu salario. La riqueza tiene que ver con la acumulación de recursos. Puede que tengas un gran salario, con muchos ceros, pero si te gastas cada peso que tienes encima, tú no eres rico -solamente te estás dando la buena vida.

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