Gracia sobre gracia

“Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia”, Juan 1:16

¡Que bendición participar de la gracia de Dios!

La imagen que presenta Juan 1:16 es la de un océano que lanza a la playa una ola tras otra en una plenitud sin fin. ¿Se agotará el agua del océano por mas olas que lance a la orilla de la playa? ¡Claro que no! Pues así mismo es la gracia de Dios sobre nosotras… INAGOTABLE. Dice Juan que “de su plenitud tomamos todas”.

La gracia de Dios no se gana, ni la merecemos. Simplemente la recibimos como un don del amor de Dios que luego debemos compartir y compartir y compartir. La medida de todo lo que Dios nos da es buena, apretada, remecida y rebosante (Lucas 6:38), y así mismo debemos estar dispuestas a dar.

En Su ministerio somos llamadas a vivir para otros. Es la oportunidad de ser semejante a Jesucristo. Mientras el egoísmo dice: recibiré, la gracia dice: lo que tengo te doy.

Amadas, que bendición que Dios nos haya sobreabundado de Su gracia. Gracia inagotable, inmensurable y, sobre todo, inmerecida. ¿Cómo pues la retendremos y no compartiremos los dones que Dios tan misericordiosamente nos ha dado?

Dejemos de amontonar, sacar cuenta y retener la gracia de Dios. Nunca sabremos cuán cuantiosa es, hasta que con el corazón estrechemos nuestras manos para dar de la plenitud con que Cristo nos ha provisto. Confía… Su gracia es más que suficiente.

Oración: Señor, gracias porque tu gracia me ha sostenido y aun en mi debilidad tu poder se hace más fuerte. Gracias por rodearme de ella. Ayúdame a no temer y compartir de tu plenitud con otros. En el nombre de Jesús, amén.

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