No fuimos diseñados para ser los campeones de quejas en la vida. Dios no se relaciona con ambientes de negatividad y queja. Un paso importante para conquistar los momentos difíciles es crear un ambiente de agradecimiento para que Dios pueda intervenir.
Cuando somos capaces de dar gracias aún en tiempos de tragedia o crisis, expresamos la profundidad de nuestra relación con Dios. El agradecimiento a través de la oración le da a Dios el derecho legal y el permiso para interferir con las cosas de la tierra, y esto nos mueve del parámetro natural al campo sobrenatural.Incluso puede revelarnos la solución que necesitamos. Sin embargo, quejarnos acerca de los momentos de dificultad no produce ninguna respuesta, al contrario, podría traernos aún más problemas.
Lee la historia completa del apóstol Pablo en Hechos 16, cuando fue encarcelado y en vez de lamentarse, continuó alabando y agradeciendo a Dios: "Alrededor de la medianoche, Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a Dios, y los demás prisioneros escuchaban." Hechos 16:25
Y recuerda que la queja aumenta las grietas en nuestra vida que dan paso al pesimismo y a la desconfianza; mientras que el agradecimiento te llena de esperanza, te acerca a la presencia de Dios y continúa tu sanidad espiritual.
