¡Habita en el lugar que Dios quiere para ti!

¿Sabías que las piñas crecen muy bien en Hawai, pero muy mal en Alaska? Es entendible, pues una fruta tropical difícilmente crecería en un lugar tan frío. Así también acontece con nosotros, pues nuestra semilla ni siquiera germinará si no estamos en el lugar adecuado. 
Tenemos que descubrir y permanecer en el lugar en el que Dios nos asigna a estar, porque cuando lo hagamos no sólo estará con nosotros si no también nos bendecirá. Esa es la clave.

Génesis 26 nos muestra el ejemplo Isaac. Él, siendo presa del pánico quería dejar la tierra de hambruna y dirigirse hacia Egipto, pero Dios quería que Isaac dejara de centrarse en sus pérdidas y comenzara a centrarse en lo que ya le había dado, así que le ordenó a Isaac que permaneciera en su puesto.

"Vive en ese lugar por un tiempo. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia les daré todas esas tierras. Así confirmaré el juramento que le hice a tu padre Abraham." – Génesis 26:3

Del mismo modo que las semillas crecen bien en el lugar correcto, estamos destinados a florecer en un entorno determinado por Dios. Pero ojo, recuerda que para descubrir la voluntad de Dios, debes permanecer en contacto con él a través de la oración y la lectura de su palabra, y persistir en ello, no basta con orar dos veces para preguntarle si estás en el lugar adecuado. De lo contrario puedes entrar en pánico como Isaac e irte antes de tiempo, permanecer donde estás por más tiempo de lo planeado, o peor aún, irte hacia un lugar donde Dios no quería que fueras.

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