Hablar vida…

“Pero desecha las cuestiones necias e insensatas…” – 2 Timoteo 2:23

Parece que mi casa está llena de ruidos constantes en estos días. Ya sea por el volumen de seis personas interactuando constantemente, por la energía de varios adolescentes, por los niños del vecindario entrando por nuestra puerta, la música o los fans de fútbol.

Muchas veces lo hacemos bien y nos divertimos mucho.

Pero a veces lo hacemos mal. Las expectativas personales y las opiniones llegan a la superficie. Somos tentados a convencernos de las verdades a medias que promocionan nuestras agendas personales. El flujo pecaminoso de nuestros corazones sale por nuestras bocas antes de tener la oportunidad de filtrar o parar las palabras que desearíamos no haber dicho nunca.

Amamos a Jesús en esta casa.

Cada uno de nosotros. Y nos amamos unos a otros profundamente. Pero somos muy pasionales y es una batalla diaria detenernos, poner cautivos nuestros pensamientos, sopesar nuestras palabras y reemplazar los motivos egoístas por el fruto del Espíritu.

Si luchamos con ser humildes, amables y vivir la Palabra de Dios como creyentes en nuestros hogares e iglesias, ¿cuánto más desafiante es ser fuertes en un mundo que se opone de manera vehemente al Dios que servimos? 

La cultura nos tienta a comprometer la verdad de Dios. Nos distraerá con miles de agendas políticas, sociales y personales. Si no estamos en guardia y cimentadas en la Palabra, perderemos oportunidades para ser sal y luz en la oscuridad, porque nos hemos permitido ser absorbidos en las controversias de este mundo.

La pregunta no es si nos enfrentaremos a eso o no. Es cómo responderemos a la controversia.

Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad” – 2 Timoteo 2:23-25

Cuando hablemos, asegurémonos de hablar vida…

Extender bondad.

Enseñar verdad.

Soportar con paciencia.

Corregir con gentileza.

“…y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él. ” (v. 26)

¿En qué circunstancias encuentras más difícil vivir los versículos de hoy?  

Por Whitney Daugherty

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