Jugando con fuego

“¿Andará el hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen?” – Proverbios  6:28

“Me gustaría conocerlo más”; “Quisiera robarle un beso”; “Ojala pudiera decirle todo lo que siento”; “¡Abrazarlo!”. Todos estos, y muchos más, suelen ser pensamientos recurrentes de una joven que está siendo tentada en sus sentimientos.

Jugar con fuego parece atractivo… ver las llamas rojas que arden y se tiñen entre naranjas y azules, contemplar el movimiento del fuego es llamativo, hasta hipnotizante, pero meter los pies para caminar sobre el fuego y saber qué se siente, eso suena mucho más arriesgado; tiene más  de lo que se llama adrenalina y desafío, sin mencionar los que te retan a aguantar el mayor tiempo posible, y el griterío de otros que te alientan a hacerlo sin pensar en el dolor. ¡Todo sea por sentir el placer de hacerlo!

Lamentablemente nadie del círculo se da cuenta del dolor que luego experimentas por una quemazón, nadie se preocupará por la llaga producida y nadie cargará con la cicatriz de esa herida el resto de la vida más que tú.

La tentación llega a nosotras con sabor dulce, disfrazada de inocencia y con aromas envolventes. Se camufla en una tierna película romántica, ingresa al corazón sin previo aviso con sutiles palabras cuidadosamente escogidas, escritas en frases de literatura erótica o pronunciadas con susurros suaves al oído.

Apenas podrás respirar profundamente, porque la agitación del momento revuelve todo tu interior despertando en tu corazón sentimientos prematuros que luego repetirás infinidad de veces en tu memoria, sólo por el placer de sentirlo una vez más.

La meta de la tentación no termina en atraerte y seducirte, ella planea tu muerte.

“Bésame” es la expresión de un corazón que está dando a luz el pecado, fruto de la tentación. Y un hombre carnal no ayudará en nada, ni siquiera lo pensará dos veces, jamás se le cruzará por la cabeza cuidar tu integridad y librarte de las futuras consecuencias.

Santiago 1:15 dice que después de que el pecado ha sido consumado, éste da a luz la muerte, la tentación va tras tu muerte espiritual.

¡Cuán vulnerables somos nosotras las chicas cuando no tenemos antídotos espirituales contra la tentación! ¡Estamos expuestas!

Sólo hay una manera de salir ilesas: acudir al auxilio de la sabiduría divina.

La sabiduría humana te dirá que tienes total libertad de dar rienda suelta a tus instintos humanos porque necesitas vivir la vida, en cambio la sabiduría divina te enseñará a correr para que no sufras las dolorosas consecuencias ni tengas que cargar con heridas pasadas.

Proverbios 5:8  nos reta a alejarnos del camino que conduce a la tentación y nos alerta de que mucho menos nos acerquemos a la puerta de su casa. ¿Qué cosas pueden estar llamando tu atención que no te convienen? ¿Estás frecuentando el acceso a materiales que alteran tus emociones?

Quiero decirte algo que la sabiduría recalca: no subestimes el poder que tiene la tentación “porque a muchos ha hecho caer heridos, y aún los más fuertes han sido muertos por ella” – Proverbios 7:26

Si eres una joven que por encima de todo busca cuidar su integridad y mantenerse limpia, apreciarás el valioso consejo de la sabiduría de Dios.

Corre lo más pronto posible, huye de lo que no edifica, marca límites firmes para sujetarte a ti misma, busca el valor en la palabra de Dios para decir NO y refúgiate en contenido provechoso para tu crecimiento espiritual y personal.

No hay nada más preciado ante los ojos de Dios que una joven pura en su interior.

Por Angélica Jiménez

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