La convicción se iguala al amor

“En una ocasión estaba leyendo mi Biblia, y Dios trajo a mi mente alguien a quien había maltratado. Traté de no pensar en eso. Intenté sacarlo de mi mente, pero al día siguiente, volvió de nuevo”.

El llamado de Dios al arrepentimiento puede que no resulte una experiencia placentera.

“Llegué al punto en que mi conciencia me molestaba tanto que no podía orar ni pensar en Dios o en cualquier otra cosa sin que volviera ese pensamiento a mi mente. Hasta que no hice lo correcto, no pude experimentar alivio”.

Cuando experimentamos convicción de pecado, no necesariamente es divertido ni fácil, pero sí nos muestra algo importante—que Dios nos ama.

El pecado conduce a la destrucción, pero Dios no quiere eso para nosotros, si es necesario hasta nos herirá temporalmente si eso se requiere para movernos a la acción.

Si experimentas convicción acerca de tu  pecado, es una evidencia de que Dios te ama. No hay mejor momento para responder que ahora.

Loading controls...