La mujer como dadora de vida (Parte 2)

En la primera sección de mujer como dadora de vida, vimos cómo la mujer fue creada en una forma tal que nuestra esencia es dar vida a aquellos a nuestra alrededor y no solamente físicamente al parir un bebé, sino emocionalmente, mentalmente y hasta espiritualmente. Esto se logra cuando estamos viviendo para Cristo y nuestra vida es usada por Dios para dirigir a nuestros hijos físicos y espirituales hacia el Reino del Cielo.

Lo que decimos y cómo lo decimos impactará a aquellos a nuestro alrededor. El diseño distintivo de la mujer es ésta capacidad de nutrir y, al hacerlo, Dios nos da el privilegio de entrenar a otros en cómo disfrutarlo a Él, cómo caminar con Él y cómo encontrar Su propósito en Él. 

Al usar los dones y las habilidades dados por Dios, en la forma diseñada por Él y caminando en Su voluntad, Dios usará nuestras vidas para traerle gloria a Él y vida a otros. Cuando nos alineamos con Dios, obedeciendo Su Palabra, nuestra vida será poderosa porque Dios estará usándola.

En el caminar y obrar de acuerdo con nuestro diseño, estamos revelando al mundo de tinieblas atributos de Dios que solamente la mujer puede demostrar. Nuestro mundo está más confundido que nunca y parece ser que la ceguera de Satanás aumenta diariamente (2 Corintios 4:4), entonces, tenemos más personas que nunca que han visto la verdad en acción. Aunque no todas daremos a luz, cada una tenemos la capacidad de vivir en una forma que refleje el diseño maravilloso y hermoso con el cual Dios nos ha creado:

- Nuestras palabras pueden ser dadoras de vida (Proverbios 10:11)

- Nuestras acciones pueden ser dadoras de vida (1 Juan 3:18); y,

- Nuestra vida puede mostrar a Dios dando vida a través de nosotras (Juan 6:63).

Para terminar, quiero hacer una serie de preguntas para que reflexionemos:

1. Dios ha creado a cada una de nosotras con un propósito (Efesios 2:10). ¿Estamos completando la tarea en la forma que Él nos pide?

2. Nosotras somos “Ezeres” o ayuda idóneas y colaboradoras (Efesios 4:11-13). ¿Estamos creciendo en Él y ayudando otras a crecer en Él?

3. Nosotras somos llamadas a ayudar a otros y al hacerlo aliviar sus cargas y mejorar sus vidas (Romanos 15:1-2). ¿Estamos obrando dónde y cómo Cristo quiere?

4. Cristo vino para mostrar la verdad a un mundo que vive en la mentira (Isaías 61:1). ¿Estamos utilizando las oportunidades divinas para evangelizar?

5. El propósito de Dios es formarnos a la imagen de Su Hijo (Romanos 8:29). ¿Estamos demostrando el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23) en la vida cotidiana?

6. Dios nos mandó a compartir el tesoro que Él nos ha regalado (2 Corintios 2:14-17). ¿Estamos aprovechando las oportunidades divinas para esparcir Su Palabra?

7. Dios nos mandó a tener la misma humildad de Cristo (Filipenses 2:3-5). ¿Estamos sirviendo a otros en una manera sacrificial, tratando al prójimo como superiores que nosotras mismas?

Filipenses 2:12 nos manda: “ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor.” La salvación es gratis y no podemos hacer nada para ganarla ni perderla, pero debemos tratarla como algo tan precioso, como algo tan apreciado, que no queremos que nadie que haya estado en nuestra presencia pueda olvidar lo que ha visto.

¡Meditemos y evaluémonos para que cada día nos parezcamos más a Él! Reconociendo “que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.” (Filipenses 1:6)

Loading controls...