La necesidad de la bendición paternal (Parte 3)

Los niños aprenden por el ejemplo y cuando imitan un buen comportamiento, se crea una cadena de generaciones viviendo vidas santas. Cuando la vida del padre es consistente con su profesión de fe, sus palabras tienen un gran poder en enseñarles cómo poner salvaguardias espirituales en su vida para cambiar el destino de este niño. 

Aunque es un trabajo largo y arduo, recuerde que “los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán” (Isaías 40:31). En el final de su vida, cuando esté evaluando lo que ha hecho bien o mal, qué gozo experimentará cuando oiga “Bien, siervo bueno y fiel; …entra en el gozo de tu señor” – Mateo 25:23.

Pero Dios es tan bueno que no tendrá que esperar hasta el final de su vida para recibir los beneficios. La bendición fue mandada por El Señor, no solamente porque los niños lo necesitan, sino el padre también. Cuando el padre le da la bendición al niño, la actitud de este niño cambia, sus hijos se convierten en depósitos inmensurables de gozo. El corazón del hijo ya no es un proyecto para manejar, sino que se convierte en una bendición que podemos administrar, ayudándolos a alcanzar el mayor potencial en el trabajo del Señor.

Obviamente para hacer todo esto tiene que invertir personalmente en la vida de este niño, lo que requiere tiempo, y Dios debe dirigirle en oración. Esto es imposible sin la sabiduría de Dios.

La bendición que recibirá cuando vea a su hijo profundizar en su relación con Cristo y convertirse en un cristiano maduro, traerá un gozo increíble. Recibirá mucha satisfacción al ver que ha dejado un legado que permite observar a Dios multiplicando la influencia que ha tenido sobre ellos, y al verlos influenciar a otros para Cristo.

Debido a la diferencia en las maneras de amar de las madres y los padres, diseñadas por Dios, los hijos de ambos géneros usualmente se sienten seguros en el amor y la aprobación de su madre, pero con el padre ellos sienten que tienen que ganar esa aprobación.

La bendición es importante en los dos géneros, pero la manifestación de su ausencia puede presentarse en formas diferentes en cada uno. Esta falta en su corazón corre tan profundamente que muchas veces es inconsciente y se convierte en el motor de su cosmovisión, una inseguridad existencial con una necesidad de tener una razón para vivir.

Para comenzar, una forma parecida en los dos géneros es tratar de disminuir el dolor con alcohol y drogas. En algunos, esto puede llegar a la adicción, pero aun en aquellos que no llegan a este grado, esconder el dolor no les ayuda a entender su causa ni como removerlo. Los varones sienten muchas veces una necesidad de tener éxito en el trabajo y pueden convertirse en adictos a él. Su autoestima se llena con el éxito, pero muchas veces el mismo éxito produce una ausencia en la casa que trae criticas de su esposa, no solamente recordándole la falta sino acentuándola.

Las hijas también necesitan sentir la aprobación de sus padres y el hecho de no recibirla también produce en ellas la necesidad de buscarla en sitios equivocados.  Una manifestación será buscándola en un hombre. Jóvenes casándose con hombres mayores, o mujeres sensuales y promiscuas buscando siempre la aprobación de cualquier hombre que demuestra interés pero, en el final, el vacío persiste.

Ellas aprenden que es mucho más fácil recibir aprobación en la calle –demostrando el exterior, su cuerpo, con la sensualidad– que recibir la bendición interna que necesitan para sanarse. Cuando ellas se sienten valoradas por quienes son, se podrán priorizar la belleza interna sobre la exterior y cumplir con 1 Pedro 3:3-4 “Y que vuestro adorno no sea externo: peinados ostentosos, joyas de oro o vestidos lujosos, sino que sea el yo interno, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios.” 

De esta forma ellas también aprenden a buscar un hombre que las respeta y no resignarse a cualquier hombre que ponga su atención sobre ellas y en ocasiones prevenir que acepten abusos. Muchas sienten la necesidad de tener hijos, pero más para obtener la aprobación que ellos brindan y no por razones santas como sería pasar la sabiduría y el compromiso espiritual a la generación venidera.

Usualmente cuando pensamos en los héroes de la biblia pensamos en los hombres, pero una mujer segura en sí misma y en su Dios puede ser usada grandemente por Él. Dios ha demostrado en Su palabra que Él ha usado las mujeres en formas grandiosas y tu hija puede ser una de ellas hoy en día.

María, una jovencita, fue elegida por Dios para traer al salvador al mundo. También hay muchas profetizas como Ana, una señora mayor que reconoció a Jesús como el Salvador cuando Él fue presentado en el templo; Lidia de Macedonia, una mujer a quien Dios usó para propagar el evangelio en su pueblo; y Priscila, quien trabajó con su esposo Aquila para discipular a otros en la palabra. Y no podemos olvidar a Ester, quien fue usada por Dios para salvar a su pueblo.

Cuando una hija tiene la bendición de su padre, ella puede crecer con la expectativa de Ester 4:14, “¿Y quién sabe si para una ocasión como ésta tú habrás llegado a ser…?” Ester, una huérfana, recibió la instrucción y bendición de su tío Mordacai quien la adoptó como hija y  la estimuló para ser la mujer que Dios quería. 

La única forma en que un padre puede realizar esta tarea tan vital en la vida de sus hijos es presentándose antes al trono de Dios diariamente, para que Él le regale la sabiduría necesaria para conocer a cada uno de sus hijos en una forma tal que pueda reconocer sus necesidades, evaluar lo que Dios quiere de cada uno de ellos, y luego estimularlos y bendecirlos en cumplir este rol.

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