La Palabra que hace cantar

La Biblia nunca dejará de maravillarme. En cierto modo es una frase casi redundante porque al haber sido inspirada por Dios mismo, cada palabra lleva su marca; y lo divino, cuando menos, nos maravilla. Y así llego al final de mi peregrinar por Salmos 119, admirada y deseosa de vivir con la misma pasión que este salmista. 

“Que la alabanza fluya de mis labios, porque me has enseñado tus decretos. Que mi lengua cante de tu palabra, porque todos tus mandatos son correctos” (Salmo 119: 171-172).

Los triunfos de la vida, los momentos buenos, los sueños cumplidos, esas y otras cosas nos impulsan a alabar a Dios. Sin embargo, este hombre sentía tal fervor por la Palabra y lo que ella le enseñaba, que no podía dejar de alabar a su Autor.

¿Qué te ha enseñado Dios últimamente en su Palabra? ¿Lo recuerdas? Quizá la lección ha sido un poco difícil, pero conviértela en una canción porque el Señor del universo se ha tomado el tiempo de dejarnos su Palabra para que nos revele quién es Él, para que nos hable, nos transforme. Y sí, para que podamos alabarle porque hemos entendido que esa Palabra es lo mejor, es un banquete que nunca se acaba y un manjar que satisface. No obstante, tenemos que acercarnos a ella con un corazón presto a escuchar, sea lo que sea que Dios tenga que decirnos.

Mi querida lectora, no es noticia que el tiempo apenas nos alcanza y que no podemos darnos el lujo de malgastarlo. Antes de tomar una revista, navegar por la Internet o mirar tu programa favorito, haz tiempo para llenarte de la Palabra de Dios, aprende a deleitarte en ella, ¡te dará vida!

“Jamás olvidaré tus mandamientos, pues por medio de ellos me diste vida” (Salmo 119: 93).

¿Estás nerviosa, estresada, abrumada? Este es el mejor sedante con que cuenta el mercado:

“Cuando la presión y el estrés se me vienen encima, yo encuentro alegría en tus mandatos” (Salmo 119: 143).

Yo quiero decir cada día como el salmista: “Déjame vivir para que pueda alabarte, y que tus ordenanzas me ayuden”. Los días que Dios nos concederá sobre esta Tierra no sabemos cuántos son, pero si vivimos para alabarle y obedecer su Palabra, te garantizo que habremos vivido como Él lo diseñó.

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