La prueba de que amas a Dios

Hay una conexión grandísima entre lo que es amar a Dios y amar a otras personas, especialmente a los hijos de Dios. Lo difícil es amar a aquellas personas que no son iguales a nosotros, que no nos caen muy bien, que tienen diferentes opiniones a nosotros, a los que nos ofenden día tras día, los que son desagradecidos, en los que no podemos depositar toda nuestra confianza, a aquellos que nos dicen la verdad en vez de solo decirnos lo que nos gusta escuchar, aquellos que son tal como nosotros, “imperfectos”… ¡Es súper difícil amarlos!

Mira lo que dice la palabra de Dios acerca de esto:

‘Si creemos que Jesús es el Mesías, en verdad seremos hijos de Dios. Y recordemos que, si amamos al Padre, también debemos amar a los hijos de ese mismo Padre. Y sabemos que amamos a Dios y obedecemos sus mandamientos, cuando también amamos a los hijos de Dios. Nosotros demostramos que amamos a Dios cuando obedecemos sus mandamientos; y obedecerlos no es difícil”, 1 Juan 5:1-3 (NTV). 

En otras palabras, podemos sacar de esto que si amamos a Dios tenemos que guardar sus mandamientos, no por seguir una ley o una lista de reglas, pero más para no ofender o dañar nuestra relación con nuestro mejor amigo, Jesús… Y si obedecemos sus mandamientos, por ende, amamos a TODOS sus hijos… La prueba que amamos a Dios es cómo amamos a otros y cómo seguimos sus mandamientos.

Ahora, lo retador es cómo vamos a demostrar ese amor a las personas que nos rodean. Cómo vamos a demostrarle hoy a las personas que amamos a Dios. Si no tenemos amor en nosotros, nuestras vidas son simplemente una bulla sin armonía… ¡Tenemos que amar incondicionalmente como Él nos ama a nosotros!

Invierte Su amor en las personas que te rodean… Tenemos que perder el miedo de ser heridos… Que cuando las personas tengan contacto con nosotros vean y escuchen a Jesús.

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