Lo que Lucy y yo tenemos en común

Al inicio de mis veintes (unos añitos atrás) se hizo muy popular una película llamada “50 primeras citas” en la que un chico (Adam Sandler) se enamoró de Lucy (Drew Barrymore). Pero había un ligero problema y es que la chica había sufrido un accidente que le ocasionó la pérdida de la memoria (amnesia anterógrada), de manera que todos los días ella amanecía sólo con los recuerdos del día del accidente.

Cada mañana se despierta habiendo perdido toda la memoria del día anterior. Cree, inocentemente, que cada día es el 13 de octubre de 2002. Su hermano y padre actúan como si fuera ese día para evitar que Lucy sufra y descubra el accidente.

De manera que Henry (Adam Sandler) se empeña en conquistarla, pero para eso tiene que recordarle todos los días acerca de todo lo nuevo que le ha sucedido. ¡Todos los días comenzar de cero porque ella no recuerda nada!

Les cuento esto porque hace unas semanas atrás me di cuenta de que, aunque no tuve un accidente como Lucy, ni sufro de amnesia anterógrada, constantemente mi naturaleza pecadora me hace olvidar convicciones que he creído, pierdo frecuentemente la memoria de verdades eternas y fácilmente puedo olvidar quien soy como hija de Dios.

Te confieso que cuando no me expongo a la Palabra de Dios, cuando no leo mi Biblia, dejo de asistir a la iglesia o descuido mi vida devocional, tiendo a olvidarme de mi necesidad de Cristo y del profundo amor de Dios para mí.

No sé si te pasa igual, pero pare evitar que me suceda he escrito verdades que pueda pegar en un lugar visible para verlas todos los días. ¿Quieres saber cuáles son?

En Cristo has sido perdonada

El Padre envió a Su Hijo para pagar la deuda por tu pecado. Cuando pusiste tu fe en Cristo has sido perdonada una vez y para siempre. No tiene sentido que sigas arrastrando el peso de una culpa que ya ha sido perdonada.

“Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”, Romanos 5:8 (LBLA).

Necesitas estar conectada a Cristo

Apartada de Cristo no podrás hacer nada, necesitas estar en Su Palabra y buscarle en oración. Cuídate de caer en la trampa de creer que eres autosuficiente, hacer eso sólo te llevará a debilitar tu relación con Dios y tu gozo.

“Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada”, Juan 15:5 (NTV).

La gracia de Dios es suficiente para ti

No hay un adorno más bello que la gracia de Dios. Cuando te sientas débil, presionada por los demás y con necesidades, recuerda que ese es el escenario perfecto para que el poder de Dios se perfeccione en ti. Depende en Él en todo lo que emprendas.

“Y Él me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad”, 2 Corintios 12:9 (LBLA).

Dios es bueno

Todo lo que te sucede es como resultado de su amor y bondad para ti.

“Dad gracias al Señor, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia”, Salmos 107:1 (LBLA).

Todo lo que te sucede obra para bien

Si eres una hija de Dios puedes estar segura de que Él ha orquestado todo para tu bien y para Su gloria. Nada le sorprende a Dios, todo es parte de su perfecto plan para ti.

“Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito”, Romanos 8:28 (LBLA).

Si has pecado puedes correr con confianza a su trono

No importa tu condición, ni la magnitud de tu pecado, si te acercas con un corazón humillado y arrepentido siempre encontrarás perdón y el socorro oportuno en medio de tu necesidad.

“Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna”, Hebreos 4:16.

“Pero a éste miraré: al que es humilde y contrito de espíritu, y que tiembla ante mi palabra”, Isaías 66:2b.

Por Betsy Torres de Gómez

 

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