Lo que será

“Y no habrá más maldición…”, Apocalipsis 22:3

Tú y yo tenemos algo en común. Vivimos en un mundo contaminado y confundido, y nunca conocimos otra cosa. Sin embargo, Adán y Eva podían recordar cómo era el mundo cuando Dios lo creó: libre de muerte, dificultades y dolor (Génesis 3:16-19).

Antes de la caída, en el Edén no existían el hambre, el desempleo y la enfermedad. Nadie cuestionaba el poder creador de Dios o Su plan para las relaciones humanas.

El mundo que heredamos apenas se parece al jardín perfecto de Dios. Citando a C. S. Lewis: “Este es un mundo bueno que se deterioró, pero todavía conserva el recuerdo de lo que tendría que haber sido”. Gracias a Dios, el vago recuerdo de lo que debería ser la Tierra es también un vistazo profético a la eternidad.

Allí, tal y como Adán y Eva caminaban y hablaban con Dios, los creyentes verán su rostro y lo servirán directamente. Nada se interpondrá entre Dios y nosotros. “Y no habrá más maldición” (Apocalipsis 22:3). Ya no habrá pecado, temor ni remordimientos.

El pasado y sus consecuencias pueden ensombrecer el presente, pero el destino del creyente guarda la promesa de algo mejor: la vida en un lugar tan perfecto como el Edén.

Señor, ayúdame a recordar que todavía hay mucho por disfrutar y por hacer en este mundo contaminado. Gracias por la promesa de una vida contigo en un lugar perfecto.

Por: Jennifer Benson Schuldt

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