“También esto salió de Jehová de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y engrandecer la sabiduría” – Isaías. 28:29
Soy una persona muy indecisa. Decisiones como qué vestiré, qué prepararé para la cena, incluso qué ruta tomaré para ir a algún lugar, todo esto se ve afectado por mis indecisiones. Y estas son cosas pequeñas. Pero cuando las decisiones son a mayor escala me producen estrés y ansiedad.
Opino que una de las razones por las cuales Dios se revela a través de diferentes nombres es para mostrarnos lo multifacético y grande que es. Dios no solo da amor. Él es amor. Él no solamente ejecuta la justicia, Él es justicia. Él no solo da las respuestas, Él es la respuesta.
Nosotras, en diferentes ocasiones (en mi caso es diariamente), necesitamos consejo y sabiduría. La vida no es tan fácil de manejar. Y sé que hay alguna decisión que tuviste que tomar que fue abrumadora y difícil. Lo sé porque vivimos en diferentes partes del mundo y somos todas humanas y no tenemos todas las respuestas. Algunas situaciones con las que nos encontramos pueden ser confusas e inquietantes. Nuestros corazones nos llevan a equivocarnos, el pecado nos tienta a escoger mal. Y el mundo presenta al pecado y a Satanás disfrazado de manera bonita. Así que Dios se presenta en carne, vino como uno de nosotros para mostrarnos lo que ser sabio podría ser en nuestro diario vivir.
Si queremos ser sabias, entonces debemos conocer a Jesús. Necesitamos aprender todo lo que podamos de Su carácter, Sus nombres, Sus obras, Su Palabra. Jesús, como nuestro Consejero Admirable, nos enseña por medio de Su Espíritu y Su Palabra. Él nos aconseja, incluso cuando la respuesta es algo imposible de obtener.
Debemos ser mujeres de palabra y oración y debemos creer que Dios nos guiará por el mejor camino. Él hará esto a través de la intervención del Espíritu Santo, a través de los pasajes que leamos en Su Palabra o por el consejo de aquellos que son más sabios que nosotros.
“Bendeciré a JEHOVA que me aconseja.” – Salmo 16:7a
¿Tu Consejero ha perecido? ¡No! eso no es así, Jesús siempre será tu defensor.
Entonces, ¿por qué nos entregamos al desaliento y el desconsuelo? ¿Por qué sucumbimos a la dificultad y nos hundimos en nuestras cargas? Tu confusión es nada con Cristo. Todo aquello que es oscuro para ti, es claro para Él. Lo que parece toda una madeja enredada, para Él es un mosaico perfecto. Él puede sacarte de tus dificultades, abrir una puerta para que salgas de tus aflicciones, Hacer que el camino torcido se enderece y la superficie áspera sea más suave.
“Encomienda al Señor tu camino, confía en Él, que Él actuará.” – Octavius Winslow
Por Jen Thorn
