“Y llamarás su nombre Emanuel” – Mateo 1:23
Queridas Paige, Addie y Brinnley,
¡Ah, cómo las amo! Las tres están en el piso de arriba, arropadas en la cama y yo estoy abajo en la computadora pidiéndole a Dios que hable a través de mí porque no siento que tengo más palabras para dar, más palabras para decir en el artículo de hoy…
Ha sido un día largo… estoy cansada
No por ustedes, no. Estoy cansada por este mundo. Estoy cansada por la locura de este mundo…las noticias, el dolor en el corazón, el quebrantamiento del mundo… mi propio quebrantamiento.
Hoy me siento fatigada.
Y es siempre en medio de la fatiga que el miedo parece hacerse fuerte.
No tengo miedo por mí, tengo miedo por ustedes.
Y sé que no debería, en mi mente SÉ que no debería… pero las mamás tendemos a luchar con esto cuando pensamos en nuestros hijos y en lo que el mundo será cuando crezcan.
Y es por eso que oro por la protección de Dios sobre ustedes cada noche, cuando oramos.
No sé si ustedes recordarán las oraciones que hice por ustedes, y está bien, no importa, Dios las escucha.
Cada noche oro para que sus corazones siempre sean suaves hacia Él.
Oro para que sus dulces pies estén firmemente arraigados en Su Palabra.
Oro para que sus preciosos ojos vean como Jesús a las personas que sufren y necesitan una palabra de ánimo.
Oro para que vivan sus vidas al máximo… sabiendo que nuestro Dios es Emanuel, Dios con nosotros.
Nunca quiero que olviden que Dios siempre está con ustedes.
Hoy leo sobre José en Mateo 1 y me parece interesante que el ángel del Señor le dijera a José que no tuviera miedo de tomar a María como su esposa.
Miedo.
De todos los hombres en la tierra, José fue escogido para ser el padre terrenal de Jesús y, ¿cuál fue su reacción? Miedo.
¡Oh chicas!, habrá ocasiones en su vida en las que Dios las llame a un acto de obediencia, un salto de fe, y su primera reacción será la de tener miedo… como José.
Miedo a lo desconocido.
Miedo a lo que otras personas puedan pensar.
Miedo al fracaso.
Y, en esos momentos, quiero que recuerden que servimos a un Dios que promete que nunca nos dejará ni nos abandonará.
El nombre de nuestro Dios es Emanuel, y Él está con nosotros.
Sean valientes.
En estos días en los que el miedo se asome a sus corazones, aférrense a Emanuel, y oren como si Él estuviera frente a ustedes… porque lo está.
Sí, este mundo puede ser un lugar que da mucho miedo. Pero es un mundo que necesita a Jesús.
Y me pregunto si quizás todo este quebrantamiento y miedo en nuestro mundo nos da la oportunidad de ser valientes, de amar de manera más profunda… y de vivir vidas que demuestren que somos personas que saben que Dios está con ellas.
Mis amadas, NUNCA olviden que sus vidas están en Sus manos.
Él es el Buen Pastor.
Nuestro Príncipe de Paz.
Nuestro Padre Eterno.
Nuestro Dios Fuerte.
El miedo no tiene lugar aquí.
Seremos valientes a pesar de ti.
Confiaremos aun cuando nuestros sentimientos fallen.
Dios, te tomaremos por tu nombre: Emanuel… tú estás con nosotros.
Esta noche mis niñas, tomo mi propio consejo… voy a guardar mi corazón y convertir mis miedos en oraciones… sabiendo que Dios está aquí conmigo.
“A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.” – Salmo 16:8
¿Con qué miedos estás luchando hoy? Ayudémonos unas a otras a luchar con ellos juntas en oración.
Desafío: Esta semana pelea contra tus miedos de manera intencional con la Palabra de Dios. Memoriza Isaías 41:10 y cada vez que el miedo intente apoderarse de tu mente, convierte tu miedo en oración.
Por Angela Perritt
