“¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” – Lucas 2:14
Honestamente no me puedo imaginar lo que sería que aparecieran huestes celestiales y comenzaran a alabar el nombre de Dios en el cielo. En esos sagrados y santificados momentos Dios realmente se aparece y muestra Su gloria.
Jesús viene a la tierra a ser uno de nosotros y esto permite una fiesta celestial aquí en la tierra. Estos ángeles sabían, ellos SABÍAN, a quién estaban alabando y cantando, aunque el mundo lo desconociera. Ellos tenían esa paz, sabían que Él es bueno y que Él es el Príncipe de Paz.
Y vino para que nosotros pudiéramos conocerlo también. Sí, aunque el mundo parece todo menos pacífico – basta con mirar las noticas de las últimas semanas, meses, años, décadas, siglos, milenio. Pero este mundo no es donde encontramos paz. Esa paz viene de un solo lugar.. una sola Persona, y no de ninguna otra cosa.
Dejemos de buscar la paz en este mundo, en sus comodidades, sus placeres… o poner nuestra esperanza en la ausencia de la guerra o la paz entre las naciones.
“¡Gloria a Dios en las alturas, y buena voluntad para con los hombres!” Esta es la canción que está en mi mente durante esta semana. Para mí esta canción es un hermoso tributo al niño que nació para salvarnos de nosotros mismos, para que pudiéramos tener paz.
Disfruta de este tiempo de alabanza…
Desafío: Cada día durante esta semana toma un momento y entra en comunión con Dios. Solo siéntate tranquilamente frente a Él. Quédate quieta y conoce que Él es la paz. Dale gracias por esa Paz. Dale gracias por Su presencia. Alábale por venir a esta tierra para que puedas tener paz eterna.
Por Joy Forney
