“La mujer sabia edifica su casa; más la necia con sus manos la derriba.” – Proverbios 14:1
A todas las mujeres nos gustaría ser llamadas y reconocidas como unas mujeres sabias y no como unas necias. Ese es nuestro anhelo.
Es interesante poner atención en cómo para Dios o eres sabia o eres necia, o eres obediente o eres desobediente, o eres frío o caliente; es decir, o estás o no estás con Dios (Apocalipsis 3:16), no hay términos medios.
El principio de la sabiduría es el temor a Dios y la mujer en Proverbios 31 lo sabía muy bien. Tomemos un tiempo y descubramos las acciones que ella tomó y cómo decidió poner en práctica esa sabiduría.
¿Qué es lo que hacía esa mujer para ser llamada y reconocida como una mujer sabia? ¿Cuáles eran sus cualidades? Analicemos:
Desde el comienzo vemos que, sobre todas las cosas, una mujer sabia es una mujer que “teme al Señor” y “conoce a Dios”. Y esto solo se logra teniendo una relación íntima con Dios, tomando esos primeros momentos del día y dedicándoselos a nuestro creador.
Tomemos en cuenta también que dice que una mujer sabia es aquella que teme al Señor, un temor no de miedo si no de respeto de reverencia, de obediencia, de querer hacer lo que a Dios le agrada. Entonces que nos quede muy en claro que una mujer sabia es la que ama, conoce y obedece a Dios.
No nos dice una mujer “educada”, “profesional” o “culta”, pues leemos en
Proverbios 31:30 "Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al SEÑOR, ésa será alabada".
Y no quiere decir que no estudies, que no te esfuerces por tener una carrera profesional, sino que esa belleza es vana, tiene un final, se terminará, pero la belleza por temer a Dios y obedecerlo ésa es más valiosa porque es eterna.
Ahora bien, echemos un vistazo a la necedad, ¿Qué es la necedad? Y que actitudes o acciones se hacen para ser llamada una mujer necia:
Por supuesto, la necedad es lo contrario a la sabiduría. En lugar de traer bendición nos acarreará solo maldición y problemas. La necedad no solo te destruye sino también a los que te rodean, a tu hogar, a tu familia, a tu alrededor. La necedad es ir en contra de lo que le agrada a Dios y solo puede tener un final de muerte y destrucción.
Como Dios nos diseñó con libre albedrío, es decisión nuestra tomar las acciones de una mujer sabia (obediente, que edifica su casa, que anime, apoya, trabaja, así como también es dócil y enseñable a lo que Dios le quiere mostrar). O ser una mujer necia, que es como carcoma de huesos, como gotera, que está amargada, enojada y de mal genio.
Como todo, es un proceso y lleva tiempo, pero son esas decisiones que parecen pequeñas y que se toman diariamente las que hacen la diferencia a lo largo de la vida. Y no te canses o desanimes si alguien no valora tu esfuerzo o tu trabajo, ten por seguro que Dios está ahí viendo, pues Sus ojos contemplan toda la tierra y siempre piensa que todo lo tenemos que hacer para agradar a Dios en excelencia y no a los hombres.
Que el precioso Espíritu Santo de Dios nos ayude, anime y consuele siempre que lo necesitemos, en el nombre de Jesús amén y amén.
Por Kayra de Zabala