Me quiero morir, ¿y tú?

Mi mayor problema es que aún estoy muy viva. Viva por dentro y por fuera, lo que nadie ve y lo tangible. Antes de que te asustes o pienses que estás leyendo a una persona suicida, meditemos juntas en esto:

¿Por qué a todas nos conviene morir? Lo necesitamos porque, si observamos con cuidado veremos que, UN MUERTO NO…:

…es orgulloso, no le interesa lo que digan o piensen de él, no tiene necesidad de aprobación.
…le importa ni le preocupa cómo se ve, cuánto pesa, dónde vive, qué  ropa usa,    ni cuánto dinero tiene.
…se hiere, no se duele, no se ofende ni se molesta.
…llora, no sufre, no se lamenta, no se enferma, no guarda rencor.
…se preocupa por nada, no se afana.
…comete errores, no se equivoca, no se culpa
…habla ni piensa mal de los demás, no lastima,
…intenta defenderse, no da excusas, no culpa a nadie, no se queja.
…puede ni quiere vengarse.
…disfruta el pecado...

Sí, necesito morir a muchas cosas aún. Por otro lado se puede estar muerta en vida y ser cuando MÁS vida se tenga. Jesús le dio un sentido completo a la palabra MUERTE y por ello también a la VIDA. Ahora morir tiene mucho sentido, por ello el tema se repite varias veces en la Biblia:

  • El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará. (Mateo 10:39)
  • Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de mí, ése la salvará. (Lucas 9:24)
  • Todo el que procure preservar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la conservará. (Lucas 17:33)

¡Quiero encontrar mi vida sólo en Él! No sólo decir que vivo por y para Él, sino en realidad hacerlo. Para eso, quiero morir CADA DÍA y enfocar mis prioridades en lo eterno, aquí está muy claro:

Si, pues, habéis RESUCITADO con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, NO en las de la tierra. Porque habéis MUERTO, y vuestra VIDA está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Haced MORIR, pues, lo terrenal en vosotros... (Colosenses 3:1-11 RVR1960, énfasis añadido)

Entonces ¿te gustaría morir? ¿Morir a lo superfluo, lo vano, lo terrenal, lo insignificante? ¿Poder decir con seguridad: Ya no vivo yo sino vive Cristo en mí, ahora vivo mi vida en la fe?, ¿poder tener presente a cada instante que es necesario que Él crezca y que yo disminuya? ¿Disfrutar una vida abundante? ¡Oh! ¡A mí sí! Quiero Su vida, Su corazón, Sus ojos, Su mente, Sus manos, Sus deseos, Su esencia, Su TODO, ¡quiero vivir como Él, por Él y para Él!

¡Él es nuestra única esperanza!

Por Lucy Reyna Orozco Meraz

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