Mi identidad

Como el Espíritu Santo mora en nosotras, Él siempre está presente en nuestras vidas. Nuestro rol es ser Sus embajadoras donde quiera que estemos o en cualquier cosa que hagamos (2 Corintios 5:20).  

Necesitamos morir a nuestros deseos puesto que nuestra naturaleza es pecaminosa y nuestros corazones engañosos (Jeremías 17:9).  

Gálatas 5:17 nos lo explica bien, “Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis”; mientras que Romanos 8:13 nos dice “porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”. Por esto tenemos que hacer morir los deseos mundanos, los mismos deseos que teníamos y la forma en que vivíamos antes de venir a Él (Colosenses 3:5). 

Entonces, estaríamos atendiendo nuestro llamado a la santidad cuando: 

Nuestra forma de vivir sea diferente del mundo, el cual está dirigido por el malvado (Juan 16:11),  

Obedezcamos la Palabra de Dios, y representemos a nuestro Padre Santo en todas las áreas de nuestras vidas porque somos Sus hijas. El mundo es enemigo de Dios pero nosotras somos Sus hijas (1 Corintios 6:11).  

No quisiera dar la impresión de que la santidad es simplemente llevar un estilo de vida de pureza moral, ir a la iglesia, leer la Biblia  y seguir las reglas, porque hasta los fariseos hacían esto. Nuestro llamado a la santidad implica mucho más, requiere una relación íntima con Cristo porque estamos unidas a Él, “con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).  

Mi identidad tiene que cambiar. Ya no soy primordialmente hija de…, madre de…, esposa de…, estudiante, médico, ama de casa o lo cualquier otro papel; ahora soy una hija de Dios… que además, está casada, o tiene hijos, o que estudia etc.. Nuestra identidad y primer amor debe estar en Cristo, de manera que mi lealtad sea primeramente a Él.  

¿Si le preguntaran a mis amistades qué me identifica, dirían ellas que es Cristo? 

Loading controls...