“Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia y su verdad por todas las generaciones” – Salmo 100:5
No soy perfecta, tengo muchos errores y creo que, como tú, me encuentro tratando de armar este rompecabezas titulado vida. Hay muchas piezas, cada una es diferente a la otra y a veces aparecen piezas que no encajan en el lugar.
Aunque haya momentos de frustración, momentos de no entender absolutamente nada y querer guardar todas las piezas en la caja y olvidarme de eso, en el fondo, deseo verlo terminado.
Hay días en que la vida se siente agria, pero sé que hay alguien mucho más grande que yo que está en control. A pesar de todos mis desperfectos, Dios siempre será bueno, siempre será misericordioso, porque esa es su naturaleza permanente.
Tú y yo tenemos miedo… pero Dios sopla valor sobre nosotras para pararnos erguidas y dar el paso al frente.
Tú y yo lloramos… pero Dios seca nuestras lágrimas con su mano, nos abraza, y hace salir su arcoíris para hacernos sonreír.
Tú y yo fallaremos una vez más… y sentiremos que lo hemos desilusionado…. Pero Él nos seguirá mirando con su sonrisa tierna inclinándose hacia nosotras para ayudarnos a levantar y nos dirá:
– Vamos princesa ¡levántate! –
"DIOS SIEMPRE TIENE MISERICORDIA"
Esa fue la confianza de mi abuela, esa ha sido durante años la esperanza de mis padres, ellos me han transmitido esa verdad inmutable de la que cada día me aferro más fuerte, esta verdad será transmitida por siempre de corazón a corazón y permanecerá sellada en el alma de los que creemos cada día más que Dios siempre será bueno sin importar lo que seamos.
“Dios siempre será bueno sin importar lo que tú seas”
Si Él es siempre bueno, ¿por qué no darle siempre gracias? ¿Por qué mejor no cambiamos nuestras incesantes peticiones por agradecimientos?
Recordar su misericordia cada día te dibuja una sonrisa en los labios, te llena de suspiros que acercan más a Dios, ya no necesitas fragancias artificiales para endulzar el ambiente del cuarto, el aire huele a Él, meneas tu cabeza de un lado para otro tarareando tu canción favorita y resultas haciendo parte del baile entre el viento y tus cabellos.
Pensar en todo lo que has recibido de Su parte, lo que el mundo de afuera busca con desesperación: paz mezclada con felicidad verdadera, más aún esperanza eterna. Ello cambia tu perspectiva, te hace sentir satisfecha con las cosas que tienes poniendo tu mirada más en lo interior que en lo exterior.
Agradecer a Dios te hace amar la vida, aprovechando cada segundo que tienes para invertirlo en las mejores cosas. Agradecer te hace pensar que hoy tienes un día más para vivir, para soñar, para reír, para disfrutar; eso se llama multiplicar por Dios tu felicidad.
Y aunque las cosas no salgan como quieres, confía: Él tiene el control
Bueno es Dios, Siempre fiel… (Suspiro)
Preguntas de Reflexión:
1. ¿Por qué es importante agradecer?
2. ¿Qué beneficios has recibido de Dios sin merecerlo?
3. ¿Cómo puedes cultivar un espíritu agradecido?
4. ¿Cómo cambia tu estado de ánimo cuando agradeces?
5. En muchas ocasiones se nos olvida dar gracias, hagamos una lluvia de ideas con formas creativas para recordarnos a nosotras mismas que debemos dar gracias.
Por Angélica Jiménez
