En este devocional hablaremos de la importancia de NO atarnos a una esclavitud generada por las deudas con los bancos o conocidos.
Pedir prestado no es malo, sobre todo si haces un buen uso de ese dinero y lo devuelves cuando dices que lo harás. De hecho, puede ser incluso necesario cuando quieres adquirir un bien y no puedes pagarlo completamente en el momento que lo necesitas. Sin embargo, esa decisión tuvo necesariamente que haber pasado por un proceso de: planeación, cálculos, organización en tus finanzas personales, y sobre todo: ¡mucha oración!
Si no sueles planear y organizar tus finanzas personales, te digo desde ahora que lo mejor es evitar los préstamos siempre que puedas (esto incluye compras innecesarias con tu tarjeta de crédito), de otra manera estarás condenado a perder tu independencia económica, y quedar a la merced de las exigencias ajenas. Todo eso sin contar el estrés, intranquilidad y problemas que todo esto puede traer a tu vida.
Mira lo que dice la Biblia al respecto:
“Así como el rico gobierna al pobre, el que pide prestado es sirviente del que presta.” – Proverbios 22:7
No es el objetivo de este devocional hacerte sentir mal si en este momento tienes una deuda que te está quitando la paz, sino hacerte reflexionar sobre cómo ha sido tu vida luego de adquirirla. Siempre pregúntate y analiza cómo estás organizándote, si realmente era necesario pedir ese préstamo, si te ha rendido frutos, o si te ha traído más problemas y por qué. Cuando sepas las respuestas, no te quedes viendo cómo crecen los intereses. Pon en práctica los consejos de los devocionales, busca más información y ¡acaba con ellas!
Recuerda que todas tus decisiones tienen precio y determinan el resultado de tu estabilidad financiera a largo plazo. Además, todo lo que decidas hoy, te pueden costar mucho el día de mañana. Sabiendo esto, cimiéntate ya en la Palabra de Dios para poder aplicar sus principios y usar sabiamente los recursos que te ha dado.
Piensa que lo que estás haciendo hoy es crear tu futuro, y puedes romper los ciclos financieros no saludables con buenas decisiones.