Ocúpate por los intereses de Dios

“…porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Dios” – Filipenses 2:21

Servir a Dios. Servir al mejor empleador. Dios es el mejor jefe que podamos tener y aun así nos cuesta trabajo servirle.

Servir a Dios va más allá de lo que vean los demás, porque nuestro Dios ve nuestros corazones y escucha nuestros pensamientos. Él sabe si le sirves por mero compromiso o interés, o si estás teniendo una actitud adecuada y gozosa al servirle.

¿Qué nos habla Dios a través de la carta a los Filipenses en estos versos?

En cuanto al servicio veo varias cosas con claridad: el ejemplo de Timoteo y Epafrodito, el amor de quienes se benefician del servicio, y cómo se debe tratar a un siervo del Señor.

Antes de profundizar en estos puntos, quiero decirte querida lectora que puedes servir a Dios en tu iglesia local, pero si no lo haces quiero recordarte que tu familia es tu primer ministerio y servir a los miembros que la componen es igual de importante, entonces estos puntos que tocaremos ahora sirven de igual manera que aquella que lee esto y está involucrada en algún ministerio en su iglesia local.

Entonces veamos…

Ejemplo para seguir. En la vida siempre tenemos ejemplos positivos a los cuales imitar y ejemplos negativos de los cuales tenemos que aprender y no imitar para no equivocarnos. Timoteo es de esos ejemplos positivos que debemos imitar. Pablo dice de Timoteo muchas cosas, pero en estos versículos podemos ver que habla bien de él a otros creyentes; vemos que Timoteo era un joven que iba donde lo mandaban sin quejarse y se gozaba con quienes visitaba. Timoteo se interesaba verdaderamente de quienes servía y sabía que servir a Dios muchas veces implica ocuparse más del bienestar de los otros que por el suyo propio.

Por otro lado, leemos de un tal Epafrodito quien era un mensajero de la iglesia de Filipos quien llevó sustento y ánimo a Pablo mientas estaba preso.

El amor de quienes se benefician con el servicio. Cuando servimos a Dios a través del servicio a los demás recibimos por lo regular reciben amor como pago. Tengo muchos hermosos recuerdos de gratos momentos en el servicio y cada vez que recibí amor y alegría fue porque tenía una actitud correcta, de buen ánimo, no mirando a quienes recibían el beneficio del servicio, sino recordando que era para Dios.

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” – Colosenses 3: 23-24

Cómo se debe tratar a un servidor de Dios. Por último, quiero que hablemos de cómo tratar a un servidor de Dios. Si tú sientes que no estás activa en el servicio aquí podemos ver cómo tratar a uno que si lo está, y tratar a aquellos con los que tú sirves.

Pablo dice a los filipenses que reciban a Epafrodito en el Señor, con todo gozo y con estima. Entonces nuevamente debemos recordar Colosenses 3:23, “hacedlo de corazón, como para el Señor”. Alégrate de recibir a quien sirve en la obra de Dios, comparte con él, ofrécele comodidad y bienestar como si recibieses a Jesús.

Por Andrea Donoso

 

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