Orar con la Biblia: Orar por los imposibles

A todos en la vida nos llega el momento de encontrarnos con “imposibles”, aquellas cosas que a nivel humano parecen completamente irrealizables. En ocasiones toman forma de un sueño o proyecto; otras veces son asuntos mucho más profundos y personales como el anhelo de que un ser querido conozca a Jesús o tal vez tener un hijo… Todos hemos estado allí, frente a estas montañas inaccesibles.

Y antes de continuar quiero dejar claros dos puntos. El primero es aquello que en teología se conoce como la soberanía de Dios, y que dicho en lenguaje muy laico es la potestad de Dios para decidir y determinar el resultado final de las cosas. Un atributo que tiene por una sencilla razón, él es Dios. 

¿Por qué quiero aclarar esto? Porque a veces he escuchado oraciones que parecieran obviar el hecho de que Dios es soberano y por lo tanto no podemos darle órdenes. No podemos hablarle como si fuéramos “aladinos” y él, el genio de la lámpara.

El segundo punto es este: nada es imposible para Dios y de esa manera tenemos que creer. En este mundo tan material e incrédulo muchas veces nos contagiamos con la mayoría y llegamos al trono de Dios con la secreta convicción de que hay ciertas áreas a las que él no tiene acceso y nos olvidamos de que estamos en presencia del único que es omnipotente, es decir, todo lo puede.

No quiero extenderme mucho en la parte teórica pero sí quería que estuviéramos claras en estos conceptos. Creo que son lo que la Biblia enseña.

Entonces, ¿qué hacer cuando nos encontramos con estos enormes gigantes? Orar, orar y orar más, confiadas en que Dios puede hacerlo y que su respuesta siempre será la mejor.

Quiero ponerte algunos ejemplos bíblicos que espero nos ayuden en esta batalla.

Cuando Dios responde de inmediato

Ana. Este es un gran ejemplo de un imposible que recibió respuesta inmediata. Su historia está en 1 Samuel. Ana oró y Dios usó al sacerdote Elí para responderle en ese mismo instante. ¿Y cómo lo sabemos? Cuando ella se fue “comenzó a comer de nuevo y ya no estuvo triste”. Ana tuvo una respuesta positiva a su imposible que unos meses después se llamó Samuel.

Cuando la respuesta de Dios demora

Lázaro. Esta fue una respuesta demorada, al punto de la desesperanza. Lo encuentras en Juan capítulo 11. El asunto ya se daba por terminado, pero en medio de eso, la súplica de las hermanas continuó. Y Lázaro regresó a la vida. No fue de inmediato, pero sucedió.

Cuando Dios dice no, y lo explica

Pablo. Era un hombre lleno del Espíritu Santo, siervo de Dios, con un currículo de fidelidad probado. No obstante, oraba por un imposible. Algo que los eruditos han tratado de explicar de muchas maneras pero sin llegar a una respuesta concreta porque, sencillamente, no está en la Biblia. ¿La respuesta de Dios? “No”, un redondo no, pero con explicación: Pablo necesitaba este “aguijón” para poder experimentar el poder de Dios en su debilidad. Lo puedes leer en 2 Corintios 12.

Cuando no vemos la respuesta

Hebreos 11 es un capítulo conocido y muy citado porque nos habla de la fe y de los héroes bíblicos que la empuñaron como bandera. Sin embargo, por lo general no recordamos el penúltimo versículo del capítulo: “Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa”.

Estos valiosos hombres y mujeres de Dios vivieron creyendo pero no vieron el final de la historia. No siempre veremos el final de la historia, pero igual nos toca creer y confiar. Eso se llama fe y eso es lo que Dios premia.

Ahora quiero regalarte algunos pasajes para que hoy tu fe respire hondo y crezca. La fe, mi querida lectora, es un ejercicio. Mientras más la ponemos en práctica, más fuerte se hace. Nadie puede creer por ti, tú tienes que decidirlo. Tú tienes que confiar en la soberanía y la omnipotencia de Dios, sea lo que sea.

“Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí?”, Jeremías 32:27, NVI

“—¿Cómo que ‘si puedo’? —preguntó Jesús—. Todo es posible si uno cree”, Macos 9:23

“La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver… de hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad”, Hebreos 11:1,6

“Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos”, Romanos 8:28

“Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza”, Jeremías 29:11

“—Maestro —respondió Simón—, hemos trabajado mucho durante toda la noche y no hemos pescado nada; pero si tú lo dices, echaré las redes nuevamente. Y esta vez las redes se llenaron de tantos peces ¡que comenzaron a romperse!”, Lucas 5:5-6

“El Señor protege a los que tienen fe como de un niño; estuve frente a la muerte, y él me salvó”, Salmos 116:6

“Él contestó: «Lo que es imposible para los seres humanos es posible para Dios»”, Lucas 18:27

Sé que hay muchos otros pasajes, y también que quizá todavía tengas muchas preguntas sin respuestas; pero Dios conoce tu corazón. Así que ve sin temor alguno delante de él, con tus dudas, temores e imposibles y confía en que él es fiel.

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