Para descubrir el propósito de la vida

Leer Efesios 2:8-10

Quienes conocen a Dios y siguen su dirección, tendrán paz espiritual, gozo y contentamiento. Para descubrir su propósito para nuestra vida, el primer paso es recibir a Jesucristo como Salvador personal.

Nuestra parte en la salvación es reconocer delante de Dios que hemos vivido en rebeldía contra Él porque queríamos hacer nuestra propia voluntad (Romanos 3:23). Al declarar nuestra convicción de que la muerte de Jesús pagó totalmente nuestra deuda por el pecado, tenemos que pedir el perdón de Dios.

Al reconocer a Jesucristo como Salvador personal y Señor, consagramos nuestra vida a Él (Romanos 10.9; Gálatas 2:20; 1 Juan 1:9). Puesto que Él tiene ahora el control, las órdenes a cumplir y la dirección vendrán de Él. Al llegar a formar parte de la familia de Dios, tenemos su Espíritu que nos ayuda a descubrir y cumplir el propósito de nuestro Padre celestial.

El propósito de Dios para sus hijos incluye la santificación, la mayordomía y el servicio. La santificación se refiere al crecimiento continuo en santidad. El Espíritu Santo transformará, con nuestra cooperación, nuestro carácter para que lleguemos a parecernos más al del Señor. Mayordomía significa administrar el tiempo, los talentos y las bendiciones que Él nos ha dado. Y el servicio para el reino debe caracterizar nuestras vidas, así como caracterizó la vida del Señor Jesús (Mateo 20:28). Servimos a nuestro Padre celestial al ayudar obedientemente a otros.

Buscar con empeño la voluntad del Señor afecta nuestro carácter, la manera en que invertimos nuestros recursos para su reino y cómo ayudamos a los demás.

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