Probadas por Dios

“Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría”, 1 Pedro 4:12-13

¿Has sido alguna vez probada por Dios? José pasó sus mejores años en la cárcel. Fue vendido como esclavo por sus hermanos y luego falsamente acusado y puesto en la cárcel egipcia (Génesis 37, 39). Su historia se puede contar en pocas palabras pero, ¿se puede poner en pocas palabras todo el sufrimiento y la pérdida de esos años preciosos? Cuando salió al aire fresco de la libertad, una parte irrecuperable de su vida se había marchado.

¿Y qué de los sueños que Dios le dio cuando era niño? ¿Qué de esas promesas de honor, grandeza y liderazgo? ¿Se tornarían alguna vez en realidad? José tenía dos opciones: quedarse en el pasado amargo o extenderse hacia adelante. ¿Qué escoges tú? José tuvo que aprender que Dios estaba trabajando en su vida en maneras más allá de lo que sus sueños podían comprender. No obstante, la sala de espera fue dura.

Pero aunque los planes, sueños y esperanzas de José estaban en espera, Dios no. Él estaba trabajando incesantemente a favor y beneficio de Su siervo, a pesar de que por el paso del tiempo y la multiplicación de la maldad no parecía ser así. José vio el fruto de su sufrimiento. Dios refinó su fe y le atrajo aún más cerca de Su corazón y comprendió que aunque los demás le quisieron hacer daño, Dios obró para bien suyo y de muchos.

Igual pasa en nuestras vidas. En ocasiones tendremos que ser probadas y esperar en ese lugar de incertidumbre, dolor, presión, vergüenza y soledad, pero Dios -que está en control- nos dará un final mejor que será para bendición.

Oración: Amado Señor, como José y Maestra del Bien lucharé por mantenerme aferrada a tus promesas. Ayúdame a no desmayar mientras espero en tu liberación y el cumplimiento de ellas. En Cristo Jesús, Amén.

Loading controls...