Querida joven insegura

Ella era hermosa.

No en el sentido que “todo el mundo es hermoso” sino que realmente era hermosa. Tenía cabellera larga y rubia, piel perfecta y estilo encantador.

Con mi pelo pajoso y castaño, no tan linda piel y un estilo que exclamaba desorden, yo era la que estaba en el micrófono. Yo era la conferencista en un evento para jóvenes y mujeres en su iglesia. De repente, llegó el tiempo para hacer preguntas. Cualquiera me podía hacer preguntas. Pensé́ en lo valiente que ella era en levantar la mano con su mamá sentada al lado y con otras 300 mujeres a su alrededor. Pensé́ que ella estaba siendo muy valiente cuando preguntó: “¿Qué le dirías a una joven que siente que ella no es suficiente? Yo no soy muy segura de mi misma. ¿Cómo puedo lidiar con esta inseguridad?”

Tú sabes lo que se siente ser insegura. Para algunas de ustedes, se siente como que eso es lo único que conocen. Entonces, ¿qué le respondí́? ¿Qué te respondería a ti? Este es mi consejo para todas las jóvenes inseguras en dondequiera que se encuentren...

La inseguridad siempre ha formado parte de lo que significa ser una mujer.

Abre tu Biblia y lee la historia de la primera mujer que existió en Génesis 1-3.

Eva era hermosa. Ella fue creada en total perfección. Arriba de todo, ella era la única mujer en el mundo entero. Miss América sería... ¡Eva! ¿Miss Universo? ¡Eva se lo lleva también! ¿Cuál es la más popular de todas? Sip, esa es Eva. Puede parecer que bajo esas circunstancias era imposible que Eva se sintiera insegura. Pero este no era el caso.

Mira ahora como el enemigo la tienta.

“Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”, Génesis 3: 4-5.

“Serás como Dios”.

Lee entre las líneas. Lo que él realmente estaba diciendo es, “Tú no eres suficiente. Tú necesitas ser más Eva. Tú necesitas buscar una manera de alcanzarlo”.

La trampa funcionó. Eva estaba desesperada por calmar esa inseguridad y le dio una mordida a la fruta prohibida.

Por tantos años yo pensé que la inseguridad era solo parte de lo que significaba ser mujer. Toda mujer sabía ser insegura. Parecía que así había sido siempre y que así siempre iba a ser. Necesitamos entender que este es uno de los hechos que utiliza el enemigo para tentarnos.

Si el enemigo puede hacer que nos concentremos en todas las maneras en que nos quedamos cortas, nosotras, inevitablemente, quitaremos el enfoque que tenemos en Dios y en todas las maneras que Él es suficiente. Esto ha sido verdad desde el inicio de la condición femenina, pero así no es que tiene que terminar tu historia.

El Señor no te deja adivinando.

Él no nos deja adivinando cuánto valemos y lo que somos para Él. Hace unos años, mi mundo fue cambiado de manera radical cuando hice esta oración...

“Señor, enséñame cómo te sientes en relación a quién yo soy”.

No encontré un lindo eslogan de cómo Dios me ama como yo soy (aunque es verdad). Yo no encontré una lista de halagos aquí y allá. Lo que yo encontré fue que desde el Génesis al Apocalipsis la Palabra de Dios revela la profundidad, eternidad y dependencia que hay en Su amor y la aceptación de quién yo soy. No tienes que tomar mi palabra por verdad, de hecho, me encantaría que te sumergieras en la Palabra de Dios y busques respuestas de Sus sentimientos hacia ti. Pero aquí te tengo un anticipo.

- Tú llevas la imagen de Dios (Génesis 1:27)

- Dios te ama con un amor incondicional y eso significa que nunca se acabará ni cambiará (Jeremías 31:3)

- Fuiste creada con temor y asombro (Salmo 139:14)

- El Rey está cautivado por tu belleza (Salmo 45:11)

- Él conoce cada detalle de quién tú eres. Él te estudia como un artista estudia su obra más grande o un novio estudia su comprometida. (Mateo 10:30)

- Fuiste comprada por un precio (1 Corintios 6:20)

Cuando la inseguridad toque tu puerta, estas son las verdades que debes recordar. Cuando la voz de tu cabeza grite “¡Tú no eres suficiente!”, párate y grítale de vuelta, “Yo lo soy para Jesús!” con la Palabra como tu eje central.

La decisión que cada mujer debe de hacer

Esas son unas verdades muy poderosas. Dios claramente ha declarado que tú eres amada grandemente y eres de gran valor para Él. Con eso en mente, aquí está una pregunta que te debes hacer...

¿Dejaré que las promesas de Dios sean suficientes para mí, o...

- Necesitaré lo que dice Dios sobre mí y el amor de un muchacho para sentirme bien?

- Necesitaré lo que dice Dios sobre mí y el ser la chica más popular en el colegio para sentirme bien?

- Necesitaré lo que dice Dios sobre mí y perder 15 libras para estar contenta?

- Necesitaré lo que dice Dios sobre mí y un closet nuevo para estar contenta?

- Necesitaré lo que dice Dios sobre mí y ser la primera en mi clase para ser lo que quiero ser?

No puedo hacer nada sobre los días que esté un poco más gordita. No tengo una varita mágica que pueda arreglar la piel y hacerla perfecta o mejorar mi clóset. (¡Ya lo hubiese hecho por mí misma!) Pero eventualmente tuve que preguntarme, “En la luz de todo lo que dice Dios sobre mí, ¿no se supone que estas cosas tengan menos importancia?”

Al final, la inseguridad es por la falta de fe. No creemos que somos lo que Dios dice que somos. Los tentáculos de la inseguridad empiezan a soltar mi corazón cuando por fin decido creer a Dios y su Palabra y lo que Él dice del valor que tengo y decidir ser suficiente.

El secreto para la seguridad

El tiempo me ha enseñado un secreto que hubiese querido saber en mi adolescencia: las jóvenes más bonitas son las más seguras de sí mismas. Ellas no necesariamente tienen esa confianza porque son bonitas. Ellas son bonitas porque son seguras de sí mismas.

La gente se siente atraída a una joven que sabe quién es ella y no tiene miedo de enseñarlo. Si eres cristiana, esa es quien eres. ¡Tú eres la hija del Rey de Reyes! Sé eso 100%. Ten confianza en tu valor para Él y en la belleza en la que Él te creó. Te lo prometo, la gente se sentirá atraída por tu seguridad de ti misma. Luego tendrás la oportunidad de enseñarles cuál es la verdadera belleza.

A la dulce joven en el público y todas aquellas jóvenes inseguras de sí mismas leyendo este blog...

La inseguridad no tiene que formar parte de tu historia. Puedes estar segura en quién dice Dios que eres. La Biblia nos dice que ese es el secreto a desenmascarar la verdadera belleza.

“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”, 1 Pedro 3:3-4.

Por Erin Davis

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