Seguramente has conocido personas que teniendo mucho o poco han malgastado sus recursos sin pensar en las consecuencias. Quizá tú has estado en esa situación y no pensaste en tu futuro. Pues bien, quiero decirte que, ¡no todas tus semillas son para comer! También debes reservar para sembrar.
A veces, cuando Dios nos bendice, sólo pensamos en vivir el momento y disfrutarlo, sobre todo si ya llevabas tiempo esperando algo así; sin embargo, es poco común que las personas reserven parte de su cosecha para la próxima temporada, de no hacerlo, lo único que hacemos es dejarnos desprevenidos para tu futuro y el de tu familia. Recuerda que la siembra es un principio bíblico que genera recursos, y este principio es aplicable a todo lo que hacemos.
Todo lo que tenemos en nuestra sociedad proviene de semillas que fueron sembradas en generaciones anteriores, así que piensa por un momento qué tipo de semillas vas a dejar en este mundo a la gente que amas, ¿corrupción, ira, violencia, pobreza?, ¿O será amor, misericordia, abundancia y perdón?
"Recoge además toda clase de alimento, y almacénalo, para que a ti y a ellos les sirva de comida." Génesis 6:21
No olvides que la generación venidera se ocupará de la cosecha de las semillas que plantemos, y de acuerdo a lo que tú les enseñes ellos sabrán si debe ser buena o mala, si malgastarla o reservarla. No queremos que la próxima generación tenga una cosecha de desorden y caos. Por lo tanto, es mejor que cambiemos nuestra manera de ver nuestros recursos tal como Dios lo desea.
