Respeto… hasta que la muerte nos separe

Algo para que sonrías… (¿No crees que nos vemos muy lindas cuando sonreímos?)

Después de medio siglo de matrimonio él muere y, al poco tiempo, ella también va a parar al cielo… Allí se encuentra con el marido y corre hasta dónde él está y le dice:

“¡Queridoooooooo! ¡Qué bueno encontrarte!!”

A lo que él le responde:

“¡No me vengas con esas cosas! El trato era ¡hasta que la muerte nos separe!”

Es cierto que la cuestión del respecto hacia el esposo es algo delicado y de muchas aristas, pues es muy difícil cuando alguien pregunta, por ejemplo, “¿Cómo voy a respetar y honrar a una persona que me golpea todos los días?” Y así podemos encontrarnos  con miles de realidades. Sin embargo, aunque no podemos resolver todos los problemas ni poniéndolos en un solo libro, deseo ofrecerte los recursos, garantizados por Dios, que sí son efectivos para hacer feliz a tu esposo.

En el jocoso relato anterior, el esposo que ya está en el cielo siguió su camino sin querer ver a su esposa porque sintió que ya había sido suficiente. Cabría preguntarnos: ¿Estoy alejando a mi esposo con mi actitud de queja, crítica y de falta de respeto? ¿Lo estoy honrando como debo con mis palabras? ¿Mis gestos lo desvalorizan o lo hacen sentir un rey?

La honra al esposo es una parte importante de este esencial conjunto de vitaminas múltiples que ellos necesitan para mantenerse fuertes y firmes. Permíteme mostrarte tres de la cinco definiciones del Diccionario de la Lengua Española sobre la palabra honra:

  1. Estima y respeto de la dignidad propia.
  2. Buena opinión y fama, adquirida por la virtud y el mérito.
  3. Demostración de aprecio que se hace de alguien por su virtud y mérito.

Como vemos, no tenemos que ser muy espirituales para notar lo importante que es la honra en la vida de los esposos. Nota lo interesante que resulta encontrar las palabras virtud y mérito en las dos últimas definiciones. Serían perfectas para argumentar lo siguiente: “¿Lo ves Milagros? Ni siquiera tengo que ir a la Biblia, solo con el diccionario puedo ver que la honra se gana por méritos”.

Descuida, no queremos poner ideas en tu boca que no valgan la pena. Lo que deseo es poner bajo microscopio este tradicional argumento que la mayoría de las esposas esgrimen para olvidarse de honrar a sus esposos.

Si nos remontamos a los tiempo de Moisés, podemos encontrar un extraordinario episodio que nos ilustra muy bien cómo Dios aborrece la deshonra. En el capítulo 12 de Números, Miriam y Aarón, incómodos porque Moisés tomó por esposa a una mujer no israelita, criticaron y deshonraron la autoridad de Moisés.

Entonces, al sembrar esa semilla de deshonra, Dios levantó su voz de autoridad para decirles a Miriam y Aarón que por más elevada que fuese la posición que ocupaban, no debían aspirar a estar al mismo nivel que Moisés. El castigo para Miriam por su deshonrosa actitud fue llenarse de lepra. ¿Y qué significaba la lepra? Era un símbolo del pecado, de inmundicia. Por lo tanto, leprosa era también la persona que tenía enferma el alma.

La constante deshonra que hoy en día existe en el corazón de muchas esposas, las llena de una lepra espiritual que contamina su espíritu y que puede llegar a corromper su matrimonio. Aun así, tenemos un Dios que termina todo en positivo. Miriam, gracias a las oraciones de Moisés, recibió la sanidad de Dios y pudo rehacer su vida arrepentida del pecado cometido.

Si notas que tienes una actitud deshonrosa hacia tu esposo, es momento de que sanes esa lepra espiritual y que clames a Dios para que Él lo haga. No puedes permitir que esta enfermedad, al igual que ocurre con la carne, te haga perder la sensibilidad en el espíritu. La sensibilidad a Dios y a tu esposo debe permanecer intacta en todo momento. Es la única forma de mantener un norte adecuado para ti y tu familia.

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