Retirándonos a orar

“Levantando manos santas, sin ira ni contienda” – 1 Timoteo 2:8

Esta es mi realidad… Vivo en un mundo lleno de bullicio.

Desde el momento en el que me levanto hasta el momento de ir a dormir en la noche, hay algo que está llamando mi atención. Hay citas que atender, personas que alimentar, llamadas que responder, proyectos del trabajo para terminar, ropa limpia que doblar, tareas escolares que revisar, proyectos personales a culminar, aquellas áreas en las que servimos, actividades extracurriculares… Y la lista no termina (en serio, mientras escribía este párrafo recibí 4 mensajes nuevos ).

¿Y si, de casualidad, decido tomarme un tiempo para mí? Me empiezo a preguntar qué se me estará olvidando hacer y trato de llenar esos espacios vacíos con más bullicio o me quedo dormida en menos de tres minutos. Por favor, dime que te pasa lo mismo.

Y sé lo que probablemente estás pensando. Y claro que el bullicio no necesariamente es algo malo. Es más, la plenitud de nuestras vidas viene de todas estas maravillosas bendiciones de las personas que amamos, las oportunidades y el llamado que Dios nos ha hecho. Pero teniendo el balance apropiado. Las demandas de nuestra vida, “este bullicio” en el que nos sumergimos muchas veces, nos roba en ocasiones ese tiempo intencional y vital que deberíamos pasar con Dios para realmente vivir .

Jesús vivió en un mundo lleno de bullicio. La tarea que tenía al venir a la tierra era buscar y salvar a los perdidos y ese definitivamente era un trabajo de tiempo completo. Jesús estaba constantemente bombardeado por multitudes, por peticiones y muchas oportunidades de hacer el bien. Incluso después de terminar un largo día de trabajo, siempre habría otro pueblo, otra necesidad… otra alma que necesitaba Su atención. El bullicio y la necesidad eran Su llamado.

A pesar de estar constantemente en medio del bullicio, Jesús muchas veces escogió retirarse a un lugar tranquilo para estar en la presencia del Padre.

Muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, dejó la casa y fue a un lugar solitario y allí oró.

Si Jesús necesitaba tiempo a solas con Su Padre en oración, ¡cuanto más nosotras! Escúchame, te entiendo: la vida es muy ocupada y parece imposible escapar al bullicio. Pero le hacemos tiempo a lo que es importante para nosotras, ¿verdad? Ponemos nuestras alarmas de manera que no se nos olviden nuestros compromisos de trabajo y nuestros programas de televisión favoritos, pero hay muchos días que pasamos sin orar porque la vida está muy ocupada, eso o quizás estamos muy llenas de nosotras mismas.

¿Qué tal si a cambio de tener esos diez minutos más de sueño, ponemos nuestras alarmas para levantarnos temprano… y orar? ¿Qué tal si en vez de chequear nuestros teléfonos en el elevador o en las luces de trafico… oramos? ¿Qué tal si en vez de ponernos al día con nuestras redes sociales o enviar mensajes de texto a nuestras amistades (suspiro)… primero oramos? ¿Qué tal si en vez de escuchar la radio al manejar al trabajo o a la escuela… nos comprometemos a orar? ¿Qué tal si en nuestra hora de almuerzo, salimos de la oficina a un lugar sereno… con la intención de conectarnos con Dios en oración?

¿Qué tal si en las REUNIONES DE ORACION pasamos menos tiempo hablando y más tiempo orando? ¿Qué tal si en nuestros tiempos de mucha bulla escogemos intencionalmente ir a un lugar apartado y pasar tiempo en la presencia de nuestro Padre?

Porque vivimos en un mundo bullicioso, no podemos darnos el lujo de NO alejarnos a orar.

Padre, que nuestros corazones valoren más la oración que el ruido…

“quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar…… ” – 1 Timoteo 2:8

 Desafío : Por un día entero – desde el momento en el que te levantes y hasta que vas a dormir en la noche – escribe con detalle cómo utilizas tu tiempo. ¿Hay un tiempo dedicado especialmente para orar en tu cronograma diario? Si no lo es, determina qué cambios debes hacer para eliminar las cosas innecesarias o ese “bullicio” que te roba el tiempo y no permite que orar se vuelva una gran prioridad en tu diario vivir.

Por Whitney Daugherty

 

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