Rindiendo Cuentas

Todos tenemos un jefe, e incluso aquellos que son dueños de su propia compañía tienen inversionistas o bancos a quienes tienen que eventualmente rendir cuentas para poder adquirir más dinero.

De igual forma, de alguna u otra manera eventualmente todos tenemos que rendir cuentas a Dios de todo lo que hemos hecho, dicho y pensado. Lee este pasaje:

“Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos. No hay nada en toda la creación que esté oculto a Dios. Todo está desnudo y expuesto ante sus ojos; y es a él a quien rendimos cuentas”, Hebreos 4: 12-13 (NTV). 

Mi oración para todos nosotros es que hoy podamos decir:

Padre, te doy permiso para que Tu palabra abra, entre y se inscriba en mi vida, que Tu voluntad se haga una realidad, cortando todo lo innecesario, todo lo que me aleja de Ti… Toma control de mi vida, quiero estar en constante comunión contigo, necesito tu motivación, tu confort, necesito más de Ti, más de Tus palabras… Creo en Tu mensaje y el poder que tiene… Sé lo importante que es estar conectado a Ti a través de Tu palabra… ¡Penetra todo pensamiento, todo sentimiento y deseo para que cuando te rinda cuentas todo en mi te refleje a Ti y solo a Ti!

Gracias por escribir esta hermosa carta de amor para todos nosotros… ¡Gracias Señor!

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