¿Salud financiera o esclavitud?

Hoy se práctica una filosofía de vida que promueve “vivir el presente”, disfrutar el ahora. No es necesario esperar a tener los recursos para comprar lo que queremos comprar, después de todo, para eso está el crédito ¿no es cierto?

Esta filosofía de vida se expresa así: “Quiero vivir el presente y disfrutarlo ahora, después de todo, ¡me lo merezco!”. Las parejas que se casan hoy, quieren contar con lavadora, secadora, televisor inteligente, estéreo, departamento, automóvil y, además, celebrar una boda de lujo. Por ello, cerca del 50% de las parejas jóvenes se meten en problemas financieros porque son llevadas por sus impulsos, por el deseo de satisfacer ahora mismo todos sus antojos.

La mayoría de las veces, las compras impulsivas se hacen bajo la aparente comodidad del crédito, lo cual responde a la popular oferta: “Compre ahora y pague después”.

En el libro de Proverbios, el sabio Salomón dice: “Toda persona prudente actúa con entendimiento, pero la persona necia actuará con necedad”. La filosofía que debemos practicar es la de esperar hasta tener la provisión de Dios y, entonces, ir y comprar lo que necesitamos. Debemos esperar hasta tener la capacidad de pagar por lo que queremos, debemos ahorrar para pagar la cuota a la hora de comprar un auto o una casa, o tener el capital para las cosas verdaderamente básicas.

La razón más importante detrás de la decisión de esperar es la diferencia entre la salud financiera y la esclavitud. Si una persona asume compromisos económicos que no puede cumplir, experimentará lo que es vivir en esclavitud financiera. La filosofía de vida actual hace que la gente joven piense que en tres años podrá tener todo lo que sus padres tienen, sin considerar que ellos tardaron más de treinta años en lograr su posición económica actual.

Recuerdo la historia de un jugador profesional de fútbol americano a quien conocíamos. Él sabía que los jugadores de fútbol no tienen carreras largas. Durante su carrera, él manejaba un automóvil de cinco a seis años de uso, la pintura se estaba cayendo por todos lados y sus compañeros se burlaban de él diciendo que tenía un automóvil con letra. Nunca compró una casa mientras era jugador de fútbol porque quería esperar hasta terminar su carrera y tener  dinero suficiente para poder pagarla al contado.

Pasados cinco años, después de haberse jubilado como jugador profesional, ya tenía dos autos libres de deuda, una casa libre de deuda y un negocio con cero deudas. Ahora, él vive en paz financiera ¿Por qué? Porque fue lo suficientemente disciplinado como para esperar, en vez de darse ciertos gustos cuando se le antojaba.

Mi consejo para toda pareja joven es que espere y le dé a Dios la oportunidad de actuar. Cuando Dios quiere que usted tenga algo, Él puede proveerle el dinero que necesita para comprarlo.

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