Sara y la infertilidad

“¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” – Génesis 18:14

El tema de la infertilidad es duro de tratar porque es muy doloroso, emocionalmente agotador y consumidor. Muchos han estado toda la vida esperando a tener hijos, solo para encontrarse con la amarga decepción de la infertilidad.

Hay mujeres en la Biblia que experimentaron la infertilidad: Raquel (Génesis 30), la esposa de Manoa (Jueces 13), Ana (1 Samuel 1), Mical (2 Samuel 6) y Sara.

Sara vivió durante 90 años sin tener hijos. Eso era un montón de tiempo para esperar. Me imagino las lágrimas y el dolor de su corazón. Sabemos que al darle a su sierva a su marido para tener un hijo, había en Sara falta de confianza en Dios, en Su fidelidad y bondad. Quizás para cuando cumplió los 90 ya se había resignado al hecho de que nunca sería madre. Sabemos que estaba equivocada.

En este estudio hemos escogido centrarnos en Sara porque, en el medio de su infertilidad, la historia dice una verdad muy importante…

“¿Hay algo imposible para Dios?”

La respuesta es “¡por supuesto que no!” El Señor puede hacer cualquier cosa de acuerdo a Su voluntad.

Él puede sanar cuerpos de maneras que sorprende a los médicos. Él puede dar hijos a parejas que nunca pensaron que esto fuera posible.

Pero hay algo más que Dios puede hacer. Algo, quizás aún más maravilloso. Él puede dar gozo y contentamiento real en el medio de la infertilidad.

Esperando lo Imposible

El contentamiento y el gozo en medio de la dificultad y el sufrimiento – algo que parece tan poco posible como que una mujer estéril conciba un bebé – pueden parecer imposibles. Pero recuerda que nada es imposible con Dios.

Su poder es más fuerte que cualquier sufrimiento. Él puede curar al enfermo, levantar a los muertos y cambiar el corazón de un pecador. Él es capaz de dar contentamiento y gozo al quebrantado porque puede crear algo de la nada.

Debemos acercarnos a Dios y confiar en las promesas que Él da en Su Palabra. Debemos venir a Él con nuestro dolor en oración y debemos alabarle a Él en medio de las lágrimas, porque Él es digno.

Entonces, cuando estamos cercanos, podemos esperar – esperando aquello que pensábamos que era imposible. En tu aflicción, quiero animarte a esperar con confianza en Dios y en Su trabajo en tu vida. Oro para que te lleve al gozo que hay en tu corazón y el contentamiento que descansa en la verdad de que Dios es bueno todo el tiempo. 

Desafío: El desafío es, simplemente, pasar tiempo en oración y realmente dejar salir todo tu dolor, frustraciones, decepciones y miedos en relación a la infertilidad. Si no luchas con esto, intercede por alguien que conozcas que quiere un hijo desesperadamente pero cuyos brazos siguen vacíos. 

Por Jen thorn

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