Sé fuerte y valiente

“Y Jehová va delante de ti; Él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides” – Deuteronomio 31:8

Moisés es absolutamente uno de mis personajes favoritos de la Biblia. Él era un hombre que había cometido muchos errores, tenía sus defectos y fallas que no ocultaba para que todos las pudieran ver, se sintió débil cuando tenía que ser fuerte y no se creía a la altura cuando Dios lo llamó.

Me veo reflejada en él. He estropeado las cosas más veces de las que me gustaría admitir. He permitido que el miedo me paralice, me detenga, y esto me ha causado más noches sin dormir que un bebé recién nacido.

Y la debilidad… oh, Dios mío.

Siempre estoy orando, pidiendo a Dios que coloque un “Aarón” en mi vida. Alguien que sea más elocuente que yo. Alguien que pueda hablar en mi nombre. Porque si soy completamente honesta contigo, la mayoría de los días siento que no tengo lo que se necesita para dirigir este ministerio.

Moisés pudo haber tartamudeado, pero mis palabras me han metido en más líos de los que puedo contar.

Moisés llevaba la etiqueta de “Impedido para los Discursos”, y yo he usado la etiqueta de “Discapacidad de Aprendizaje”, lo que ha hecho que ambos quisiéramos poner a otra persona en frente de nosotros. Si tan sólo pudiéramos ocultarlas bien para que otras personas no vieran nuestras discapacidades de cerca.

Y sin embargo, a pesar de nuestras debilidades y quebrantamiento, Dios nos escogió para usarnos de todos modos… y Él te elige a ti también, dulce amiga.

En los versos de hoy, vemos a Moisés al final de su vida. Ha aprendido a caminar con Dios a través de los altibajos de la vida y sabe esta verdad de primera mano: DIOS NUNCA TE ABANDONARÁ.

Cuando Moisés era débil, Dios lo hizo fuerte.

Cuando Moisés fue cobarde, Dios lo hizo valiente.

Es sorprendente ver cómo era Moisés cuando Dios lo llamó, en comparación con el Moisés que encontramos al final de su vida… después de que él caminara cerca de Dios durante 40 años.

Debido a la relación personal de Moisés con Dios, él fue capaz de animar a la gente de Israel y retarlos a que sean fuertes y valientes. ¿Cómo? Pasando tiempo con Dios, confiando en Él y en Su Palabra… creyendo que Dios hará lo que dijo que haría. Moisés aprendió a ser fuerte y valiente al confiar en Dios y verlo trabajar una y otra vez en su vida.

Fue Moisés quien vio a Dios dividir el Mar Rojo y permitir a la nación de Israel cruzar por tierra firme.

Fue Moisés quien vio a Dios juzgar al pueblo de Egipto por su desobediencia y por la esclavitud de los israelitas.

Debido a la fidelidad de Dios en la vida de Moisés, fue capaz de hablar a las vidas de la siguiente generación y decirles: “¡Sean fuertes y valientes! ¡No tenga miedo! ¡Su Dios va delante de ustedes al igual que lo hizo por mí! ”

Y eso es lo que necesitamos en estos días.

Necesitamos mujeres de las generaciones mayores que le den esperanza a las mujeres de las generaciones más jóvenes, diciendo: “¡Sé fuerte y valiente!”

Necesitamos escuchar a las mujeres que han caminado con Dios y que tienen testimonio de Su fidelidad en sus vidas personales – mujeres que no sólo conocen esta verdad de las acciones de Moisés en Deuteronomio 31, ¡sino que son mujeres que también las han experimentado!

Necesitamos escuchar a las mujeres que han superado las tormentas de la vida y pueden dar testimonio de que lo que dice Moisés es verdad – Jesús nunca te dejará ni por un momento para que combatas tus tormentas sola.

Por eso te pregunto hoy: ¿vas a ser una “Moisés” para las próximas generaciones? ¿Vas a ser valiente y esforzada al compartir sobre la fidelidad de Dios en tu vida personal? ¿Vas a compartir con las “Josué” de hoy acerca de cómo Dios ha sido fiel contigo y cómo Su Palabra es verdadera?

¡Oh, cómo necesitamos escuchar más historias de la fidelidad de Dios! Necesitamos escuchar testimonios de cómo la Palabra de Dios es verdad, no sólo en los tiempos bíblicos, sino también en nuestros días. Necesitamos que nos recuerden Su fidelidad en el pasado y Su fidelidad en el presente.

Moisés nos manda a ser fuertes y valientes en cualquier batalla que nos enfrentemos. Cualquiera que sea la tierra a la que Dios nos está enviando, no hemos de tener miedo. Nuestro Dios está con nosotros. ¡Vamos a ser fuertes y valientes juntas!

Por Angela Perritt

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