¿Quizás tienes la inquietud de comenzar un ministerio con mujeres en tu iglesia, en tu hogar, con amigas, compañeras de trabajo...? Y te lo estás pensando porque no sabes si merece la pena o no, o si es importante o no porque, al fin y al cabo, las mujeres pueden encontrar recursos para su crecimiento personal por internet o en una librería.
Muchas de nosotras sabemos que es importante tener un ministerio con mujeres pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué? Quizás si nos detenemos por un momento a pensar en las razones por las que las mujeres necesitamos un ministerio enfocado directamente a nosotras, comencemos a hacer caso a esa vocecita en nuestro interior que nos está animando a juntar un grupo de mujeres y, simplemente, abrir la Biblia con ellas para ver lo que el Señor dice.
Aquí te dejo 6 razones por las que yo creo que el ministerio femenino es importante:
1. Tito 2:3-5 dice que las mujeres ancianas (en años o en experiencia) deben enseñar a las más jóvenes. El ministerio de mujeres es, por tanto, un mandamiento de parte de Dios: "Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada".
2. En la mayoría de las Iglesias hay más mujeres que hombres y muchas de ellas asisten solas. El ministerio femenino fomenta la comunión entre las hermanas y provee de una oportunidad de evangelismo al servir como plataforma para invitar a otras mujeres.
3. Muchas de nosotras no hemos crecido en hogares cristianos. Nos encontramos intentando criar a la siguiente generación sin saber realmente lo que una esposa y madre piadosa debe hacer.
4. Equipar a las mujeres para aconsejar a otras es beneficioso para todos. Cuantas más mujeres estén preparadas para enseñar y discipular, más mujeres se podrán alcanzar y edificar, más mujeres harán un impacto sobre otras para la expansión del cuerpo de Cristo.
5. Las mujeres necesitamos profundizar en nuestra fe a través de oración y estudio serio de la Palabra. Necesitamos ejemplos que podamos imitar, necesitamos referentes y vernos reflejadas en otras mujeres, saber que pasan por lo mismo, que tienen las mismas luchas y problemas. Necesitamos identificarnos con otras.
6. Por último, necesitamos saber lo que la Biblia enseña específicamente para nosotras. Cada día somos bombardeadas con las imágenes y los ejemplos que el mundo provee y que pueden confundirnos.
¿Qué te impide comenzar a estudiar la Biblia con otras mujeres? Si el Señor está poniendo esa inquietud en tu corazón ¡no dudes! Comienza cuanto antes, va a ser de bendición.
