Cuando decidimos caminar con el Señor, debemos tener bien claro que no se trata de nosotros, sino de Jesucristo.
En Juan 3:30, Juan el Bautista revela la actitud de alguien que camina con Dios en su relación con Jesús: Él debe tener cada vez más importancia y yo menos.
Si ya llevas tiempo caminando con Dios, seguramente te has dado cuenta de que todas tus elecciones en tu día a día se basan en vivir las prioridades correctas. Pero, si tienes poco de conocer a Cristo o estás decidido a caminar con él, sí o sí, hay cosas que debes tener en cuenta.
- Necesitas la capacidad de elegir lo que es correcto: No puedes caminar con Dios si sigues tratando de complacer al mundo.
- Necesitarás trabajar arduamente en tu comunión con Dios: No esperes que Dios te hable si nunca lees tu Biblia, ni que te escuche si nunca oras.
- Debes aceptar que todo se trata de él, no de ti: Menos: "Dios dame esto", y más: "¿Qué es lo que quieres que haga, Señor?"
- Tener fe: Es verdad que en momentos difíciles nuestra fe puede debilitarse, pero no significa que debes darte por vencido. Si no tienes fe, y tampoco te esfuerzas por fortalecerla, es probable que te sea difícil seguirle el paso a Dios.
En mi corazón está que esta serie de devocionales te haya ayudado a encontrar las fallas que has tenido en tu caminar con Dios, y que no te desanimes si sientes que estás quedando atrás. No te rindas, el Señor no te abandonará en medio del camino.
¡Nos vemos en el camino!
