Simón el Zelote, Jesús la cura

Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.” – Tito 2:11-14

¿Sabes qué es tan maravilloso sobre la Biblia?

Un minuto piensas que estás estudiando las vidas de los doce discípulos, pero cada vez que otro personaje entra en escena terminas viendo el corazón de Dios.

Ah, Jesús, eres maravilloso.

Sally Lloyd-Jones tiene razón: cada historia susurra Su nombre. “Hay muchas historias en la Biblia, pero todas las historias cuentan una gran historia. La historia de cómo Dios ama a Sus hijos y viene en su rescate.”

Jesús vino a rescatar al mundo, pero no lo hizo de la manera en la que el mundo esperaba. A medida que aprendemos un poco más sobre Mateo y Simón el Zelote, recuerdo una vez más que Jesús hace lo opuesto a mis inclinaciones carnales.

Si dependiera de mí definitivamente escogería el camino de menor resistencia: hombres con grandes reputaciones y sin drama, y huiría de cualquiera que pudiera traer controversia a la escena política. Después de todo, hay un mundo que salvar. Seamos reales, quisiera que los discípulos me hicieran ver bien.

Pero Jesús no es así.

Jesús tenía un mundo para rescatar y en cada paso del camino quiso que supiéramos que no hay absolutamente nada que esté más allá de Su poder transformador.

Ese es quien es Él. Tomó el camino difícil por nosotras.

Jesús no se alejó de la debilidad humana, los pasados complicados y la división. De hecho, eso es precisamente por lo que vino. Ya sabemos que Jesús usa todo tipo de personas, generalmente los que uno menos esperaría.

Una cosa es trabajar con la personalidad fuerte de Pedro o con el tranquilo Andrés, pero ¿un recolector de impuestos y un Zelote? Los Zelotes eran un conocido partido fanático judío. Ellos odiaban a los romanos a tal extremo que su pasión por Israel y la ley de Dios los había convertido en asesinos. No dudaban entre morir o matar por la causa, hasta el extremo de sacrificar a sus esposas e hijos. Viendo su metodología hoy, nos parece una locura. Era una pasión muy mal derivada.

Simón era un Zelote.

Pero Jesús es la cura.

De la misma manera que caminar con Jesús transformó a los discípulos que fueron con Él, un encuentro con Jesús suavizó el corazón de Simón y transformo su celo mal expresado en una pasión por su Salvador. Los seguidores de Jesús acudían por invitación, no por fuerza, como resultado del liderazgo de servicio. La manera en la que Jesús escogió y discipuló a los doce fue un reflejo de la tarea contracultural que les asignaría después.

“El ejemplo de Jesús de liderazgo servicial lo aparta de muchos líderes religiosos. No era un Dios que demanda a Sus seguidores obediencia a través del autoritarismo y el miedo. En lugar de eso, los llamó a la excelencia de la santidad y los sirvió con amor para ganar sus corazones y mostrarles el significado de alcanzar los corazones de otros” – Sally Clarkson

Jesús pediría a Simón y a los demás que salieran de su zona de confort y fueran celosos de alcanzar a otros como ellos…

Aquellos que a ojos de otros estaban demasiado quebrantados y sin remedio.

Aquellos que eran demasiado ordinarios.

Aquellos cuyos corazones estaban endurecidos.

Aquellos que parecían demasiado atados al mundo para dejar sus tesoros detrás.

Jesús tomó la ruta difícil y se dio a Sí mismo por esas personas cuando escogió a Sus discípulos y cuando escogió la cruz.

“para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.”

Oh Jesús, eso es lo que hiciste por mí.

Por Whitney D.

Loading controls...