Tres verdades acerca de encajar

"¿Todo el mundo se siente como que no encaja?"

Yo lloraba mientras limpiaba mi nariz mocosa con mi camisa y bajando mi cabeza una vez más.

"Yo sé que así es como me siento", dijo mi marido.

Permanecimos en esa tensión juntos por un momento, sintiendo la tristeza y la soledad que a veces viene cuando tienes que enfrentar el hecho de que no le gustarás a todos todo el tiempo y que la gente te entenderá mal. Y esa verdad se sentirá a veces como cuando tratas de clavar gelatina a un árbol. 

Estoy mucho más allá de los tortuosos años de la escuela, donde encontrar la manera de encajar es casi tan difícil como conseguir una medalla de oro en levantamiento de pesas. Tengo una familia y un círculo cercano de amigos, pero a veces todavía me siento como una clavija cuadrada intentando atascarme a mí misma en este viejo mundo redondo. Te invito a dar un vistazo a ese momento privado, porque sé que también te sientes así a veces. Inclínate. Quiero contarte un secreto.

En algún momento todo el mundo se siente como que no encaja.

¿Esa chica que es siempre el centro de atención? Lo creas o no, a veces se siente como si ella no encajara. ¿Sus padres? Sí, lo sienten también. ¿Esas personas famosas en las portadas de revistas, que son tan populares que los paparazzi saltan fuera de los arbustos para tomarles una foto? También se sienten dejados de lado en ocasiones.

La próxima vez que te sientas como la presidenta del “Club Yo No Encajo”, recuerda estas tres verdades.

Verdad # 1: A veces, encajar es una trampa

Proverbios 29:25 lo dice de esta manera: " Temer a los hombres resulta una trampa, pero el que confía en el Señor sale bien librado…"

En este pasaje "el temor al hombre" no significa exactamente tener miedo de la gente. Significa vivir tu vida para complacer a los demás. Significa hacer lo que tengas que hacer para encajar o estar súper ansiosa por gustarle a la gente. La Biblia llama a este enfoque de la aceptación una trampa, ya que fácilmente podemos encontrarnos a nosotras mismas atrapadas por las expectativas de los demás.

Aquí hay algunas preguntas que te ayudarán a pensar en si has estado atrapada por el "temor al hombre".

¿Estoy dispuesta a comprometer mis creencias con el fin de evitar ser avergonzada o que se burlen de mí?

¿Me obsesiono cuando alguien está enojado conmigo o no le gusto?

¿Estoy más preocupada por ser la amiga correcta o por tener las amigas adecuadas?

¿Necesito gente a las que les guste mis publicaciones para sentirme bien?

Verdad # 2: Encajar es inconsistente

La vida de Jesús nos muestra que la aceptación de la gente crece y mengua.

Mientras Él estaba ocupado enseñando a más de 5.000 personas que acudieron a escuchar su predicación (Mateo 14: 13-21), un grupo más pequeño se reunió para hablar de lo mucho que lo odiaban (Mateo 16: 1). Un día la gente de su ciudad natal le estaba haciendo un desfile (Mateo 21: 1-11), al siguiente día ellos pedían su ejecución (Mateo 26:66.). Su círculo íntimo cambió de prometer que lucharían a muerte por Él (Mateo 26:51.), a negar que lo conocían (Juan 18: 15-27) más rápido de lo que puedo ir a ver mi programa favorito de Netflix.

La historia de Jesús me da latigazos de aceptación. Él fue acogido; Él fue repudiado; fue odiado. Fue aceptado; fue rechazado.

Aunque no en la misma escala, este patrón se repite en nuestras vidas. ¿Sientes que tienes el tema de “los amigos” resuelto? Eso está muy bien, pero sabemos que puede haber temporadas de soledad y rechazo por delante. ¿Te sientes excluida y sola? Dios podría insertarte en un círculo cerrado de amigos que te aceptan mañana mismo.

Dado a que sabemos que encajar tiene sus altas y bajas, no debemos basar nuestro sentido de valor en que si le gustamos o no a todo el mundo en este mismo momento.

Verdad # 3: Fuiste creada para sobresalir, no para encajar

Así es como Jesús lo describe:

“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa”, Mateo 5:14-15

Una ciudad en una colina sobresale. Atrae la atención. No se funde con el paisaje. De la misma manera, como cristiana, vas a sobresalir. No vas a mezclarte. No te verás, vivirás o pensarás como todo el mundo lo hace. Eso te empujará fuera de unos pocos grupos.

Jesús dice: "No encubras lo que te hace diferente. ¡Hazlo brillar!"

Hay otra cara de la moneda. Algunas personas te rechazarán porque eres cristiana. Jesús dice que cuando nos enfrentemos a ese tipo de rechazo, tenemos que hacer el baile de la felicidad.

“Dichosos ustedes cuando los odien, cuando los discriminen, los insulten y los desprestigien por causa del Hijo del hombre. Alégrense en aquel día y salten de gozo, pues miren que les espera una gran recompensa en el cielo. Dense cuenta de que los antepasados de esta gente trataron así a los profetas”, Lucas 6:22-23.

¿Qué debemos hacer cuando somos odiadas, excluidas, criticadas, expulsadas o rechazadas? Jesús dice que debemos saltar de alegría. ¿Por qué? En primer lugar, porque estamos en buena compañía. Los héroes de nuestra fe, incluyendo al mismo Jesús, se enfrentaron a un tratamiento similar. Pero también porque Él nos recompensará cuando seamos maltratadas por amor de su nombre. Incluso si no encajamos en ningún otro lugar, encajamos con Jesús.

Admito que imaginar a Moisés siendo burlado o a Lucas riéndose de eso, no siempre nos da la tranquilidad que buscamos cuando nos sentimos excluidos. Pero todavía podemos poner las palabras de Jesús en práctica.

Qué hacer la próxima vez que te sientas excluida

Con estas tres verdades en mente, ¿qué debes hacer la próxima vez que sientas que te han dejado fuera? Aquí hay algunas ideas.

1. Pide al Señor que te muestre qué piensa Él de ti. Recuérdate a ti misma que Él te ama y te acepta.

2. Haz una lista de dónde sí encajas. ¿Tu familia? ¿Tu grupo de jóvenes? Apuesto que encontrarás que la lista de personas que te aman y que te acepten es más larga de lo que piensas.

3. Piensa en alguien que podría sentirse excluido y alcánzalo.

4. Toma una biografía de alguien que enfrentó el rechazo debido a su fe. Algunos de mis héroes de esta lista son Dietrich Bonhoeffer, Martín Lutero y el Pastor Saeed Abedini. ¡Sus historias te inspirarán!

5. Escribe una carta a Jesús dándole gracias por el rechazo que Él enfrentó por ti.

6. Imagina esa ciudad en una colina que Jesús te describió. ¿Cómo puedes brillar para Él?

 

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