Verdaderos Adoradores (Parte 2)

Deja fluir tu adoración

La adoración no es estática, no está asignada a un lugar o momento específico y no debe detenerse. El único lugar donde debe de arraigarse es en nosotros mismos y fluir continuamente de nosotros a Dios.

Es necesario estar abiertos a evaluar la calidad de nuestra adoración, ya que esto refleja el valor que le damos a Dios. Él busca que caminemos diariamente a su lado y no sólo el tiempo que dura el servicio dominical en la iglesia.

Queremos adorarlo en lugares que nos hacen sentir cómodos, donde creemos que no seremos juzgados, pero al ser Dios nuestra prioridad, deberíamos adorarlo naturalmente en todo lo que hacemos y en cualquier lugar.

Mira cómo María adoró a Jesús a su manera sin importar lo que otros dijeran de ella en Juan 12:1-8:

"Seis días antes de que comenzara la celebración de la Pascua, Jesús llegó a Betania, a la casa de Lázaro, el hombre a quien él había resucitado. Prepararon una cena en honor de Jesús. Marta servía, y Lázaro estaba entre los que comían con él. Entonces María tomó un frasco con casi medio litro de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume.

Sin embargo, Judas Iscariote, el discípulo que pronto lo traicionaría, dijo: «Ese perfume valía el salario de un año. Hubiera sido mejor venderlo para dar el dinero a los pobres». No es que a Judas le importaran los pobres; en verdad, era un ladrón y, como estaba a cargo del dinero de los discípulos, a menudo robaba una parte para él.

Jesús respondió: «Déjala en paz. Esto lo hizo en preparación para mi entierro. Siempre habrá pobres entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán»."

Ahora no olvides que la sustancia vital de la verdadera adoración a Dios, se determina por la influencia que él tiene en tu vida y cómo lo exteriorizas.

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