De pequeñas a grandes cosas
Dentro de nosotros existe un tesoro que Dios desea que descubramos. Este tesoro está lleno de habilidades y talentos, que si descubres y pones en práctica, no sólo te producen satisfacción sino que al hacerlas, ¡también adoras a Dios!
Él te creó de una forma única, y te ha dotado de una capacidad que sólo tú puedes emplear en este mundo. Sin embargo, si no la pones en acción te estarás perdiendo de una oportunidad de servirle y de sentirte pleno.
Muchas veces nos desesperamos por no saber cuáles son nuestros talentos, sin embargo debes recordar que estamos aquí para servirle a Dios y no al mundo, de otra manera, buscar satisfacer al mundo será una tarea agotadora y frustrante para ti.
Así que no subestimes las cosas que te gustan hacer, aquellas que consideres pequeñas, son en realidad acciones que sólo tú puedes hacer y que pueden lograr un gran impacto en las personas a tu alrededor.
Quizá sirviendo en tu iglesia, que ayudes a alguien más, que ofrendes en tu iglesia sin importar la cantidad, o incluso animar a alguien a salir adelante; siempre que busques hacer el bien estarás honrando a Dios con tus tesoros. Recuerda que no necesitas esperar a ser alguien grande para servirle a Dios. Encuentra tus tesoros personales y ofréndalos al Señor.
"Y ahora, Israel, ¿qué te pide el Señor tu Dios? Simplemente que le temas y andes en todos sus caminos, que lo ames y le sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma." – Deuteronomio 10:12
