Confíen en el Señor para siempre,
porque el Señor es una Roca eterna.
Él hace caer a los que habitan en lo alto
y abate a la ciudad enaltecida:
la abate hasta dejarla por el suelo,
la derriba hasta hacerla morder el polvo.
¡Los débiles y los desvalidos
la pisotean con sus propios pies!»
La senda del justo es llana;
tú, que eres recto, allanas su camino.
Sí, en ti esperamos, Señor,
y en la senda de tus juicios;
tu nombre y tu memoria
son el deseo de nuestra vida.
Isaías 26:4-8 (NVI)
La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI®
Derechos de Autor © 1999 por Biblica, Inc.®
Escritura citada con permiso. Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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