Recuerda que ando errante y afligido,
que me embargan la hiel y la amargura.
Siempre tengo esto presente,
y por eso me deprimo.
Pero algo más me viene a la memoria,
lo cual me llena de esperanza:
El gran amor del Señor nunca se acaba,
y su compasión jamás se agota.
Cada mañana se renuevan sus bondades;
¡muy grande es su fidelidad!
Por tanto, digo:
«El Señor es todo lo que tengo.
¡En él esperaré!»
Bueno es el Señor con quienes en él confían,
con todos los que lo buscan.
Bueno es esperar calladamente
a que el Señor venga a salvarnos.
Lamentaciones 3:19-26 (NVI)
La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI®
Derechos de Autor © 1999 por Biblica, Inc.®
Escritura citada con permiso. Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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