Tú, Señor, eres mi porción y mi copa;
eres tú quien ha afirmado mi suerte.
Bellos lugares me han tocado en suerte;
¡preciosa herencia me ha correspondido!
Bendeciré al Señor, que me aconseja;
aun de noche me reprende mi conciencia.
Siempre tengo presente al Señor;
con él a mi derecha, nada me hará caer.
Por eso mi corazón se alegra,
y se regocijan mis entrañas;
todo mi ser se llena de confianza.
No dejarás que mi vida termine en el sepulcro;
no permitirás que sufra corrupción tu siervo fiel.
Me has dado a conocer la senda de la vida;
me llenarás de alegría en tu presencia,
y de dicha eterna a tu derecha.
Salmo 16:5-11 (NVI)
La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI®
Derechos de Autor © 1999 por Biblica, Inc.®
Escritura citada con permiso. Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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