Por la palabra del Señor fueron creados los cielos,
y por el soplo de su boca, las estrellas.
Él recoge en un cántaro el agua de los mares,
y junta en vasijas los océanos.
Tema toda la tierra al Señor;
hónrenlo todos los pueblos del mundo;
porque él habló, y todo fue creado;
dio una orden, y todo quedó firme.
El Señor frustra los planes de las naciones;
desbarata los designios de los pueblos.
Pero los planes del Señor quedan firmes para siempre;
los designios de su mente son eternos.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que escogió por su heredad.
El Señor observa desde el cielo
y ve a toda la humanidad;
él contempla desde su trono
a todos los habitantes de la tierra.
Él es quien formó el corazón de todos,
y quien conoce a fondo todas sus acciones.
Salmo 33:6-15 (NVI)
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