Busqué al Señor, y él me respondió;
me libró de todos mis temores.
Radiantes están los que a él acuden;
jamás su rostro se cubre de vergüenza.
Este pobre clamó, y el Señor le oyó
y lo libró de todas sus angustias.
El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen;
a su lado está para librarlos.
Prueben y vean que el Señor es bueno;
dichosos los que en él se refugian.
Teman al Señor, ustedes sus santos,
pues nada les falta a los que le temen.
Los leoncillos se debilitan y tienen hambre,
pero a los que buscan al Señor nada les falta.
Vengan, hijos míos, y escúchenme,
que voy a enseñarles el temor del Señor.
Salmo 34:4-11 (NVI)
La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI®
Derechos de Autor © 1999 por Biblica, Inc.®
Escritura citada con permiso. Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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