Oye mi oración, Señor, Dios Todopoderoso;
escúchame, Dios de Jacob.
Oh Dios, escudo nuestro,
pon sobre tu ungido tus ojos bondadosos.
Vale más pasar un día en tus atrios
que mil fuera de ellos;
prefiero cuidar la entrada de la casa de mi Dios
que habitar entre los impíos.
El Señor es sol y escudo;
Dios nos concede honor y gloria.
El Señor brinda generosamente su bondad
a los que se conducen sin tacha.
Señor Todopoderoso,
¡dichosos los que en ti confían!
Salmo 84:8-12 (NVI)
La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI®
Derechos de Autor © 1999 por Biblica, Inc.®
Escritura citada con permiso. Todos los derechos reservados en todo el mundo.
Derechos de Autor © 1999 por Biblica, Inc.®
Escritura citada con permiso. Todos los derechos reservados en todo el mundo.