Victoria

“Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.” – 1Corintios 15:57

Cuando pienso en todo lo que significa la cruz para mí, me lleva inmediatamente a reflexionar en lo portentoso que fue el sacrificio que hizo Jesús por ti y por mí.

La victoria de Jesús fue la aparente victoria de Satanás en el Edén. Éste último nunca venció, ¡Jesús sí lo hizo! Jesús venció a la muerte, al pecado y a Satanás. Es por ello que Pablo pregunta: “¿Dónde está sepulcro tu victoria?” La muerte no venció a Jesús, no pudo con Dios, porque ¡Jesús no está muerto!

En este pasaje Pablo describe claramente la victoria de Jesús.

"Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la circuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados. Anulando el acta de los decretos que habría contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz." – Colosenses 2:13-15

Ese triunfo... esa victoria por la que no tuvimos que hacer nada, simplemente nada. Porque no vale ningún esfuerzo propio, no hay ninguna forma de poder pagar lo que Cristo hizo por nosotras. Esa victoria demanda solo de ti y de mí un acto sincero de gratitud. La salvación, el perdón de nuestros pecados, solo requiere un corazón agradecido porque Su victoria, es nuestra victoria.

¡Sí amiga! Su sangre derramada garantiza victoria, sobre el pecado, sobre la muerte, sobre Satanás, sobre la carne, sobre todo, y es por ello que continuamente debemos solo decir ¡GRACIAS SEÑOR!

No te olvides que eres más que victoriosa, porque nuestro Dios es más que maravilloso, más que milagroso, su vida lo vale.

Por Elba Castañeda

 

Loading controls...