Vivir la palabra

Uno de mis versículos favoritos de la Biblia es Juan 14:23 que dice:

“Todos los que me aman guardan mi palabra. Mi Padre los amará, y vendremos para vivir con cada uno de ellos.”

Este versículo nos enseña 3 verdades que me gustaría compartir contigo:

1. Más que sólo consentimiento.

Consentimiento es una expresión que sugiere aprobación o acuerdo. Sin embargo, el consentimiento no incluye acción. El estar de acuerdo con lo que la palabra de Dios dice no significa que estemos actuando conforme a ella o que estemos obedeciéndola. Por ejemplo, si decimos que vamos a bendecir a alguien, la bendición no llega a esa persona con sólo tener la intención, debemos poner esa intención en acción para bendecirla. No debemos dejar que la riqueza de la Palabra de Dios quede en un consentimiento mental. Debemos siempre movernos más allá y llevar Su Palabra a la acción para vivir los milagros en la vida.

2. Tiempo y lugar correctos.

Tanto el lugar correcto, como el tiempo correcto, se encuentran siempre en Dios. Este es un lugar libre de temor, y es un lugar que creamos al poner nuestra fe en la Palabra de Dios. Todos y cada uno de los materiales para construir, los recursos y las herramientas necesarias en la vida se encuentran en Su Palabra; si aprendemos a obedecer Su Palabra significa que las tormentas de la vida no nos van a desviar ni a parar, ya que nuestro cimiento es fuerte.

Al hacer lo que nos dice la Palabra, le damos a Dios la oportunidad de actuar a través de nosotros. Nunca seremos capaces de vivir una vida en plenitud como creyentes hasta que la Palabra de Dios se integre a nuestro ser como la verdad absoluta.

3. Oír y hacer.

Santiago 1: 22-25 nos enseña: 

“No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos. Pues, si escuchas la palabra pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo; te ves a ti mismo, luego te alejas y te olvidas cómo eres. Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia.”

Este versículo muestra el lado práctico de seguir a Jesús. La palabra de Dios nos llama a la acción: ¡Vidas cambiadas, mentes cambiadas y corazones cambiados! Dice que si sólo somos oidores nos estaremos engañando a nosotros mismos y esto se refleja cuando decimos creer una cosa pero no actuamos de acuerdo con ella. Algunas personas ven la lectura y el estudio de la Biblia como una carga; como una tarea no deseada que sabemos que debemos hacer; sin embargo, la palabra de Dios es como una bóveda, llena de riquezas, que se nos ha abierto. ¡Somos libres de usar esa riqueza! ¡Es una tontería no usarlo! Necesitamos examinar la Palabra de Dios y luego examinar nuestras propias vidas para ver cómo se supone que deben verse nuestras vidas y ajustar nuestras vidas a su voluntad.

Mi oración es que puedas llevar este devocional a tu vida diaria, que seas un hacedor de la Palabra de Dios y no sólo alguien que la escucha y guarda en el closet.

 

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