Hace días que estoy pensando en los nombres de Dios.
En nuestro mundo occidental rara vez pensamos en el significado de los nombres. No es una práctica común. Pero en otras culturas es muy diferente y nadie escoge un nombre antes de pensar primero en qué quiere decir.
Así mismo pasa con Dios. Para Dios sus distintos nombres son una manera de revelarse a sus hijos como lo que él es. Sus nombres describen su naturaleza. Son una garantía para ti y para mí. Nombres como Jehová-jireh [el Señor que provee], Jehová-rapha [el Señor que sana], Jehová-nissi [el Señor es mi estandarte o bandera], etc.
¿Qué tal si pensamos un poco en eso? Ese lado de Dios que tal vez ahora mismo necesites en tu vida.
YO SOY. Ese el primer nombre con que Dios se presentó a Moisés. Me resulta interesante la conversación entre ambos.
“Pero Moisés volvió a protestar:
—Si voy a los israelitas y les digo: ‘El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes’, ellos me preguntarán: ‘¿Y cuál es el nombre de ese Dios?’. Entonces, ¿qué les responderé?
Dios le contestó a Moisés:
—YO SOY EL QUE SOY. Dile esto al pueblo de Israel: ‘YO SOY me ha enviado a ustedes’.
Dios también le dijo a Moisés:
—Así dirás al pueblo de Israel: ‘Yahveh, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a ustedes.
Este es mi nombre eterno, el nombre que deben recordar por todas las generaciones’.”
Moisés estaba pensando en un Dios que era el “Dios de sus antepasados”. Pero este le rectifica y le dice: YO SOY EL QUE SOY. No un Dios del pasado, sino un Dios eterno. Un Dios que es. Y un Dios que es suficiente.
¿Conoces a ese Dios, el que es eterno? No el Dios de tus antepasados, ni del que tal vez te hablaron en la escuela. Ni siquiera el Dios de cuando por primera vez te entregaste a Jesús. Sino el Dios cuyo nombre es eterno. Que no cambia. Que prevalece por generaciones. El Dios que te dice “YO SOY”.
En medio de tus afanes…YO SOY.
Cuando te sientas sola… YO SOY.
Cuando tengas dudas… YO SOY.
Cuando no sepas qué pasara mañana… YO SOY.
Ese es el nombre con que Dios quiere que le recuerdes hoy: YO SOY. Muchas cosas e incluso personas luchan por ocupar ese lugar en tu vida, no las dejes. Solo uno puede decir absolutamente siempre, pase lo que pase, YO SOY. Confía en él para la semana, para el día de hoy, para el de mañana. Ese es el mismo Dios que te dice en Apocalipsis: “Yo soy el que es, que siempre era y que aún está por venir, el Todopoderoso”. El mismo que tantas veces dijo: Yo soy, el camino; yo soy, la verdad; yo soy, la vida; yo soy, el buen pastor; yo soy, el agua de vida.
No podemos entender la magnitud de todo lo que ese nombre encierra, pero no tenemos que entenderlo, tenemos que CREERLO.
Termino con esto que encontré en bible.org y traduzco para ti.
YO SOY
Estaba lamentándome por el pasado
y temerosa del futuro...
De repente mi Señor habló:
“MI NOMBRE ES YO SOY”. Hizo una pausa.
Yo esperé. Él continuó:
“Cuando vives en el pasado,
con sus errores y pesares,
es difícil. Yo no estoy ahí.
Mi nombre no es yo fui.
Cuando vives en el futuro,
con sus problemas y temores,
es difícil. Yo no estoy ahí.
Mi nombre no es yo seré.
Cuando vives en este momento,
no es difícil.
Yo estoy aquí.
Mi nombre es YO SOY.”
(Helen Mallicoat, en Holy Sweat, Tim Hansel, 1987, Word Books Publisher, p. 136).
Vive la vida como él, el gran YO SOY, la diseñó.
