A Puerta Cerrada

El amor que le damos a los demás está directamente relacionado con el concepto correcto que debemos tener sobre el amarnos a nosotros mismos.

“Ama a tu prójimo como a ti mismo.” (Mateo 22:39 NVI)

“No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.” (Levítico 19: 18 NVI)

Después de escuchar el devocional, medita en los siguientes puntos:

Esta mañana me levanté pensando...

… en si algún día has reflexionado sobre cuánto te amas, te respetas, te valoras.

1. El amarnos a nosotros mismos no tiene nada que ver con un sentimiento lleno de ego donde te contemplas en un espejo y te admiras creyendo que no hay nadie mejor, más bello ni más inteligente que tú.

2. El concepto del amor hacia los demás como nos amamos a nosotros mismos lo trajo Jesús en Mateo 22:39. No dice ama a tu prójimo más que a ti mismo, sino como a ti mismo. Esto me lleva a pensar en el amor maduro, eficiente, útil y práctico, desde un concepto claro de uno mismo y de los demás.

3. Jesús le da un orden al verso cuando habla del amor. Primero pone al prójimo y luego a nosotros mismos. Es como si los ojos estuvieran puestos en los demás, pero desde nuestro amor equilibrado podemos ayudar, dar, renunciar, abnegarnos y entregarnos.

4. El amor equilibrado comienza cuando comprendes que eres creado y formado por Dios, y que él puso en ti todo lo que eres; no nos hicimos a nosotros mismos, sino que el creador de los cielos y la tierra nos formó. Por lo tanto, su creación es perfecta, admirable y única.

5. Si comprendes el amor al prójimo y a ti mismo, entonces aprendes a ver tu propósito desde el otro, y cómo todo cobra sentido cuando entiendes que el centro no eres tú, pero que cuando estás estable en el amor, eres eficiente y efectivo en lo que haces.