“Por eso, profetiza y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: 'Pueblo mío, abriré tus tumbas y te sacaré de ellas, y te haré regresar a la tierra de Israel. Y, cuando haya abierto tus tumbas y te haya sacado de allí, entonces, pueblo mío, sabrás que yo soy el Señor. Pondré en ti mi aliento de vida, y volverás a vivir. Y te estableceré en tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré. Lo afirma el Señor'.” (Ezequiel 37: 12 – 14 NVI)
“El Señor le respondió: —Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos ellos de tres años, y también una tórtola y un pichón de paloma. Abram llevó todos estos animales, los partió por la mitad, y puso una mitad frente a la otra, pero a las aves no las partió. Y las aves de rapiña comenzaron a lanzarse sobre los animales muertos, pero Abram las espantaba.” (Génesis 15: 9 – 11 NVI)
Después de escuchar el devocional, medita en los siguientes puntos:
Esta mañana me levanté pensando...
…en que así como de nada sirve un carro sin gasolina, una lámpara sin corriente, un arco sin flechas, una semilla sin tierra o un pez sin agua, tampoco sirve un cuerpo sin vida.
1. En Dios encuentras todo lo que necesitas: vida, fuerza, agilidad, creatividad, sabiduría, poder. Aprende a asociarte con Dios en oración, ayuno y leyendo su palabra. Deja de trabajar solo y acércate al padre y camina de la mano con él.
2. En Génesis 15: 9 – 11 aprendemos que aves de rapiña comenzaron a lanzarse sobre animales muertos y que Abram comenzó a espantarlas; así sucede también en nuestra vida, siempre van a aparecer aves de rapiña que van a querer devorar nuestra fe.
3. Dios está comprometido a cumplir lo que ha dicho en su palabra. Las aves de rapiña aparecen para querer quitarte lo que Dios te ha dado, para traer sobre tu vida frustración. Por eso es necesario usar poderosamente la oración y la palabra de Dios en contra de todo aquello que viene a estorbar lo que él te ha prometido.
4. Cuando comienzas a caminar con el Señor y entras en comunión con él, inicias un tiempo de muerte a tu carne; todos comenzamos a morir y eso atrae a las aves de rapiña que quieren estorbar tu vida espiritual.
5. Cuando recibimos promesas de Dios no podemos sentarnos a esperar que se cumplan; realmente allí es cuando comienza una lucha intensa de nuestra parte, donde debemos volvernos agresivos en oración para espantar todo aquello que se acerca a quitarnos las promesas divinas.